Los planes sinodales alemanes incluyen la formación de varios grupos de trabajo formados en asociación con el Comité Central de Católicos Alemanes. Estos ya han comenzado a trabajar y se espera que presenten propuestas en desacuerdo con la enseñanza universal de la Iglesia, algo que el Cardenal Woelki dijo que iría en contra de las claras instrucciones del Papa.
"El Papa Francisco nos recuerda que la fe de las Iglesias particulares siempre se encuentra en la fe de toda la Iglesia y debe encontrarse allí. A la larga, no puede y no debe haber diferentes maneras de tratar temas fundamentales de fe y moralidad que no solo pondrían en peligro, sino que posiblemente violarían, el alto bien de la unidad que profesamos en el Credo como un atributo de la Iglesia", aseveró.
"Las estipulaciones de la fe, que pertenecen a la existencia inmutable de la doctrina de la Iglesia, no pueden y, por tanto, no deben someterse a debate en el camino sinodal. No debe transmitirse la impresión de que habría un voto cuasi parlamentario sobre la fe", insistió el Arzobispo de Colonia.
Las críticas del Vaticano a los planes alemanes, presentadas en una carta del 4 de septiembre al Cardenal Reinhard Marx por el Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, plantearon una serie de preocupaciones. El principal de estos es el plan de invertir la Asamblea Sinodal con "poder deliberativo" para aprobar resoluciones sobre cuestiones que afectan la enseñanza y el gobierno de la Iglesia.