El documento fue aprobado por ocho dicasterios entre los cuales están las congregaciones para el Clero, para la Doctrina de la Fe, la del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; y los pontificios consejos para los Laicos, y para la Interpretación de los Textos Legislativos.
En el texto se señala que la homilía "es parte de la misma liturgia" y "durante la celebración de la Eucaristía, se debe reservar al ministro sagrado, sacerdote o diácono. Se excluyen los fieles no ordenados, aunque desarrollen la función llamada 'asistentes pastorales' o catequistas, en cualquier tipo de comunidad o agrupación".
El documento explica inmediatamente la razón de esto: "No se trata, en efecto, de una eventual mayor capacidad expositiva o preparación teológica, sino de una función reservada a aquel que es consagrado con el Sacramento del Orden, por lo que ni siquiera el Obispo diocesano puede dispensar de la norma del canon, dado que no se trata de una ley meramente disciplinar, sino de una ley que toca las funciones de enseñanza y santificación estrechamente unidas entre sí".
El texto del Vaticano precisa además que tampoco pueden predicar la homilía los seminaristas no ordenados y que "se debe considerar abrogada por el can. 767 § 1 cualquier norma anterior que haya podido admitir fieles no ordenados a pronunciar la homilía durante la celebración de la Santa Misa".