Los funcionarios de la administración Trump defienden enérgicamente los esfuerzos del gobierno estadounidense para hacer cumplir las leyes de inmigración, llegando incluso a citar el libro “La ciudad de Dios” de San Agustín, para justificar dichas acciones.
Los “pobres inocentes” son distintos a los delincuentes a la hora de interpretar las Escrituras, para mostrar caridad hacia los inmigrantes, dijo un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a CNA –agencia en inglés de EWTN News– en respuesta a las preocupaciones planteadas por obispos católicos estadounidenses sobre la política de inmigración.
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Los obispos estadounidenses declararon en un mensaje especial del 12 de noviembre: “Nos oponemos a la deportación masiva e indiscriminada de personas” y citaron un pasaje del evangelio (Mateo 25), donde Jesús dice a sus discípulos: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.
Nathaniel Madden, subsecretario adjunto principal de comunicaciones del DHS, dijo a CNA que al considerar ese versículo, se debe reconocer “una distinción clave” en cómo demostrar caridad “cuando se habla de personas que han violado las leyes a sabiendas para llegar a algún lugar”, en contraposición a “una situación muy diferente a la de tratar con los pobres inocentes que son ciudadanos del mismo país”.
Hizo referencia a los escritos de San Agustín en “La Ciudad de Dios” sobre la compatibilidad entre justicia y misericordia, afirmando que no son contradictorias. Madden, quien es católico, dijo que en algunos casos, el Departamento de Seguridad Nacional tiene que lidiar con “delincuentes peligrosos” y que, en todos los casos, “la inmigración ilegal es ilegal”.
“Debemos tener en cuenta que se infringieron las leyes”, dijo Madden. Añadió que las autoridades sí garantizan la protección de la dignidad humana de los migrantes.
“Estamos haciendo cumplir la ley federal que lleva vigente 60 años”, indicó. “Estamos haciendo cumplir leyes federales que fueron aprobadas de manera justa y debida por el Congreso de los Estados Unidos, por el pueblo estadounidense… y ninguna de esas leyes es injusta”.
El mensaje de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) expresó su preocupación por las deportaciones, la revocación del estatus legal de protección temporal de algunos migrantes y las condiciones que, según creen, amenazan la “dignidad humana otorgada por Dios” a los migrantes.
“La doctrina católica exhorta a las naciones a reconocer la dignidad fundamental de todas las personas, incluidos los inmigrantes”, se lee en el documento. “Nosotros, los obispos, abogamos por una reforma sustancial de las leyes y los procedimientos de inmigración de nuestra nación. La dignidad humana y la seguridad nacional no están reñidas”.
El mensaje fue aprobado durante la Asamblea Plenaria de Otoño de USCCB en Baltimore, con 216 votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones. La última vez que los obispos aprobaron un mensaje especial fue en 2013, en oposición a una ley federal sobre anticoncepción.
Departamento de Seguridad Nacional: “Su dignidad será respetada”
Madden dijo que los detenidos “serán tratados como personas y su dignidad será respetada”, y que durante todo el proceso, los funcionarios “respetarán su dignidad humana en todo momento”.
Cuando se le preguntó si el DHS estaba de acuerdo con los obispos en que “la dignidad humana y la seguridad nacional no están en conflicto”, Madden respondió: “Oh, al 100%, son absolutamente compatibles”.
“Están totalmente en consonancia con lo que creemos sobre la persona humana, sobre la libertad humana, sobre la dignidad y los derechos humanos”, afirmó. “Y eso es precisamente lo que estamos haciendo. Y es lo que hemos estado haciendo todo este tiempo”.
Una preocupación específica que expresaron los obispos fue “las condiciones en los centros de detención y la falta de acceso a la atención pastoral”. Durante el último mes, un punto de controversia fueron las condiciones del centro en Broadview, Illinois, y la imposibilidad del clero de dar la comunión a los detenidos católicos.
“La gente no debería dormir al lado de inodoros desbordados”, dijo el juez de distrito estadounidense Robert Gettleman, y señaló que aún no había abordado el tema de las luces que permanecen encendidas todo el tiempo en las instalaciones.
Una demanda en curso alega condiciones insalubres, escasez de alimentos y agua, falta de productos de higiene personal y falta de acceso a servicios pastorales, en violación de la Constitución. Si bien el DHS afirma que los detenidos sólo deben permanecer allí hasta 12 horas para el procesamiento, algunos testigos declararon haber permanecido allí durante varios días.
Madden afirmó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no podía atender las solicitudes del clero para recibir servicios religiosos en Broadview debido a preocupaciones de seguridad, pero que existen recursos pastorales disponibles en todos los centros de detención donde los migrantes permanecen retenidos durante más de 72 horas; y rechazó las denuncias sobre las malas condiciones, calificándolas de falsas.
Según Madden, cuando los detenidos son trasladados a centros de detención de mayor duración, tienen acceso a atención pastoral, médicos, abogados, tratamientos médicos y nutricionistas.
“Durante todo el tiempo que una persona está bajo custodia del ICE, se le satisfacen sus necesidades inmediatas, ya sean de salud, abogados, asistencia médica o alimentación”, dijo. “Se le proporciona todo lo que necesita”.
La política de autodeportación se defiende como misericordiosa e "increíblemente humana"
Los obispos estadounidenses se opusieron a las deportaciones a gran escala, que según Madden son simplemente una aplicación de las leyes federales.
Madden señaló que el presidente Donald Trump ha ofrecido la oportunidad de la autodeportación, lo que permitirá a una persona abandonar el país sin pasar por los procedimientos de deportación, proporcionarle un estipendio y permitirle buscar una vía legal para regresar a los Estados Unidos si así lo desea.
Indicó que esa política es “increíblemente humana” y otorga clemencia a las personas que se encuentran ilegalmente en el país.
“Esta administración valora profundamente la dignidad humana intrínseca de todas las personas con las que interactúa”, dijo Madden. “Ya sea usted ciudadano o persona bajo nuestra custodia que está siendo expulsada del país, usted posee esa dignidad… [y] ese valor simplemente por haber sido creado a imagen de Dios, y esta administración lo respeta y defiende”.
El Papa León XIV también se ha pronunciado sobre las deportaciones y el control de la inmigración en Estados Unidos.
El 18 de noviembre, el Pontífice instó a los estadounidenses a escuchar el mensaje de los obispos y dijo que muchos migrantes que carecen de estatus legal “están viviendo buenas vidas, y muchos de ellos durante 10, 15, 20 años” y que el gobierno no debería “tratarlos de una manera extremadamente irrespetuosa”.
En su exhortación papal de octubre, Dilexi Te, el Papa recordó que los Padres de la Iglesia recordaban “que el Evangelio se proclama correctamente solo cuando nos impulsa a tocar la carne de los más pequeños entre nosotros, y advirtiendo que el rigor doctrinal sin misericordia es palabrería vacía”.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA







