En Estados Unidos, el Obispo de Pensacola-Tallahassee, Mons. William Wack, pidió esta semana una reforma migratoria e instó a los fieles a acoger a los inmigrantes en medio de las continuas deportaciones y detenciones en Florida y en todo el país.
En una carta del 14 de octubre, el obispo dijo a los fieles de su diócesis que ha "reflexionado con pesar" sobre las dificultades que enfrentan los inmigrantes en Estados Unidos "que sufren bajo el peso de un sistema migratorio fallido".
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La administración Trump ha seguido impulsando agresivamente una mayor aplicación de las leyes migratorias, asegurando que más de dos millones de inmigrantes han sido expulsados o autodeportados en aproximadamente los últimos ocho meses.
En su carta, Mons. Wack reconoció que las fuerzas del orden "tienen la responsabilidad de aprehender y detener a las personas que cometen delitos", pero criticó lo que describió como "la peligrosa narrativa de que cada inmigrante es una amenaza".
"Al mismo tiempo, también debemos abogar por la reforma —de la ley migratoria, del debido proceso y de las prácticas de aplicación de la ley— para que la justicia y la misericordia se defiendan juntas, y las familias no sean separadas innecesariamente", afirmó.
El obispo sugirió que “un pueblo provida” no debería apoyar “la separación de familias con estatus migratorio mixto”.
“¿Podemos, en conciencia, respaldar políticas que deporten a un padre trabajador —sabiendo el impacto devastador que esto tendrá en su familia— sin reconocer también sus contribuciones a nuestras comunidades?”, escribió. “¿Podemos aceptar que más niños sean enviados al sistema de acogida porque ambos padres han sido deportados?”.
Mons. Wack dijo que los católicos de su diócesis deberían “dejar de lado los argumentos partidistas” y centrarse en los mensajes de Cristo y el Evangelio.
“Estamos llamados a cuidar a nuestro prójimo, a albergar al forastero y a acoger al extranjero; porque cada uno de nosotros ha sido creado con amor a imagen y semejanza de Dios”, dijo.
La fe cristiana siempre ha exigido siempre a los fieles que presten “cuidado especial” a los pobres y vulnerables, dijo Mons. Wack, incluyendo a los inmigrantes que llegan a Estados Unidos “en busca de seguridad y una vida mejor”.
El prelado instó a los fieles a “emplear todos sus dones e influencia para unirse a mí y lograr este cambio necesario” en la política migratoria estadounidense.
“Nuestra nación ha sido durante mucho tiempo un faro para quienes huyen de la violencia, la persecución y la pobreza extrema. Como personas de fe, elijamos la esperanza y la vida, no solo para nosotros y nuestros seres queridos, sino para cada hijo de Dios”, dijo.
A principios de este año, el Arzobispo de Miami, Mons. Thomas Wenski, instó de igual manera al gobierno a ampliar las vías legales para dar la ciudadanía a los migrantes que se encuentran ilegalmente en el país y que no han cometido ningún otro delito.
“En lugar de gastar miles de millones en deportar a personas que ya contribuyen positivamente al bienestar de nuestra nación, sería más sensato desde el punto de vista financiero y más aceptable desde el punto de vista moral que el Congreso, en colaboración con la administración, ampliara las vías legales para que los migrantes no delincuentes pudieran acceder a un estatus legal permanente”, declaró el arzobispo en aquel momento.
En julio, en Venice, Florida, el obispo Frank Dewane criticó la propuesta de crear el centro de detención de inmigrantes Alligator Alcatraz. Dijo que era "alarmante ver estrategias de cumplimiento que tratan a todos los inmigrantes no autorizados como delincuentes peligrosos".
“La decencia exige que recordemos que las personas detenidas son padres y madres, hermanos y hermanas de familiares en dificultades”, señaló.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.





