En su nuevo libro Polémica guadalupana, el P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, apunta a “entablar” un diálogo con los escépticos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, “esas personas que tienen reservas sobre la historicidad de la misma”.

Así lo explica en reciente diálogo con ACI Prensa. “La interdisciplinariedad entre fe, religión, ciencia, historia y antropología es muy importante para poner en orden las distintas piezas del acontecimiento guadalupano”, añade.

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“A lo largo del siglo XX hubo una estrecha relación entre ciencia y devoción a la Virgen de Guadalupe, sobre todo por el estudio de los ojos de la Virgen a través de las investigaciones del científico peruano José Aste Tönsman”, destacó el P. Arroyo, que se refirió también al “análisis que hicieron los científicos norteamericanos en análisis de la imagen de Guadalupe, tomando fotografías con rayos infrarrojos”.

“En ambos casos se utilizaron instrumentos científicos para analizar la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, y en ambos casos se encontró que no había una explicación científica, sea a las imágenes que se perciben en los ojos de la Virgen y a los efectos que se observan en los ojos de la Virgen. Por ejemplo, el efecto Purkinje-Samson, que es propio de una persona viva que se observa en los ojos de la Virgen”.

P. Mario Arroyo. Crédito: David Ramos/ACI Prensa.
P. Mario Arroyo. Crédito: David Ramos/ACI Prensa.

“Es decir, el sagrado manto de la Virgen está abierto a las investigaciones científicas para intentar determinar su naturaleza, su origen y sus características, y ver si se cumplen los requisitos de una realidad sobrenatural”, destacó.

Sin embargo, lamentó que en ocasiones se han dado caso de católicos “que exageran algunos resultados de supuestas investigaciones científicas que en realidad nunca se han dado”, en casos como aquellos que aseguran que “el manto tiene la temperatura de una persona viva, que se detectan los latidos del corazón, que la pintura está flotando sobre el manto”, entre otros mitos.

“En mi libro juegan un papel muy importante la crítica académica y escéptica sobre la Virgen”, destacó, señalando que “una persona que no tenga una fe muy viva puede encontrar un punto de interés, de reflexión, de cuestionamiento (...) analizando o conociendo por lo menos las realidades difícilmente explicables o inexplicables del acontecimiento guadalupano, sobre todo las que se refieren a las investigaciones científicas realizadas con rayos infrarrojos y analizando los ojos de la Virgen en el siglo XX”.

A través de este trabajo, dijo el P. Arroyo, apunta a “cuestionar” el “sistema de creencias” de los escépticos o agnósticos, “sembrar el gusanito de la duda” en su escepticismo, abriendo las puertas a la fe.

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