Durante el vuelo a Mongolia, el Papa Francisco bendijo una cantimplora con la que un soldado ucraniano pudo protegerse y evitar la muerte durante un ataque.
Poco después de poner rumbo a este país asiático, como ya es habitual, el Papa Francisco saludó y conversó con los periodistas que le acompañan en este histórico viaje apostólico.
En esta ocasión, la corresponsal de Cope en el Vaticano, la española Eva Fernández, le entregó al Santo Padre un curioso objeto: la botella de agua de un soldado ucraniano que sobrevivió a los disparos del ejército ruso.