Mongolia, que cuenta con millar y medio de católicos, que representan una muy pequeña fracción de una población de 3,2 millones de habitantes, se encuentra entre Rusia y China, dos países a los que el Santo Padre hace mucho desea viajar.
El 2 de septiembre, el Santo Padre sostendrá encuentros con las autoridades civiles, así como con los obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados y agentes pastorales en la Catedral de San Pedro y San Pablo. Al día siguiente, el Papa tiene previsto un encuentro ecuménico e interreligioso y celebrará la Santa Misa.
En su último día en Mongolia, el 4 de septiembre, el Papa participará en la inauguración de la Casa de la Misericordia.
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