En una pequeña calle del centro de Nápoles (Italia), artesanos como Giovanni Giudice trabajan para preservar la costumbre de los pesebres o belenes napolitanos hechos a mano, una tradición que se remonta a más de 300 años.

“La historia del belén napolitano comienza con la dominación borbónica, el Reino de las Dos Sicilias, y entre ellos… una competencia por quién hacía el belén más bello y original”, dijo Giudice, artesano de tercera generación, a Valentina Di Donato de EWTN News. “Así que, a partir de ahí, toda la historia comenzó aquí en Nápoles”.

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El artesano Giovanni Giudice habla con Valentina Di Donato, de EWTN News, sobre sus belenes napolitanos hechos a mano, una tradición que se remonta a más de 300 años, en la Bottega Ferrigno en Nápoles (Italia). Crédito: Gianpiero Passalia/EWTN News.
El artesano Giovanni Giudice habla con Valentina Di Donato, de EWTN News, sobre sus belenes napolitanos hechos a mano, una tradición que se remonta a más de 300 años, en la Bottega Ferrigno en Nápoles (Italia). Crédito: Gianpiero Passalia/EWTN News.

El taller de pesebres de Giudice, Bottega Ferrigno, ubicado en la icónica “Calle de la Navidad”, parte del histórico barrio San Gregorio Armeno de esta ciudad del sur de Italia, existe desde hace más de 120 años.

“Aquí, simplemente caminando por estas calles vuelves a ser niño”, dijo el artesano. “Vives el calor del nacimiento de Jesucristo. Los belenes que se hacían cuando eras pequeño, tratamos de transmitir esta tradición a nuestros hijos, aunque los jóvenes de hoy están realmente centrados en la innovación y quizá esto se les esté yendo un poco de las manos”.

“Pero tenemos que hacer todo lo posible para ayudarles también a aprender estas habilidades y honrar estas cosas”, añadió.

Los pesebres napolitanos reflejan el estilo y la vestimenta del Nápoles del siglo XVIII, el siglo en el que se popularizaron gracias a los nobles de la época, que encargaban a artistas reconocidos que crearan las escenas elaboradas para exhibirlas en sus casas.

Primer plano de las figuras de un pesebre napolitano tradicional, en Bottega Ferrigno, Nápoles (Italia). Crédito: Gianpiero Passalia/EWTN News.
Primer plano de las figuras de un pesebre napolitano tradicional, en Bottega Ferrigno, Nápoles (Italia). Crédito: Gianpiero Passalia/EWTN News.

Otro aspecto singular de un belén napolitano, señaló Giudice, es que “trae la vida cotidiana al pesebre”.

Más allá de las figuras típicas de María, José, el Niño Jesús y los pastores, en un pesebre napolitano también se pueden encontrar estatuillas de personas comunes realizando sus actividades diarias.

Las piezas se elaboran con terracota moldeada a mano que luego se pinta a mano antes de colocarles ropa de tela.

“Este es un trabajo muy particular. Nace totalmente de la pasión”, dijo Giudice. Explicó que en un lado de la escena está el nacimiento de Jesús, la parte más importante, y después, alrededor, hay personajes como un vendedor de pescado o una persona que vende queso: “Gente común viviendo la vida cotidiana”.

El “Gobbo Scio Scio” es una figura característica que se encuentra en el pesebre napolitano: el mendigo se considera un amuleto de buena suerte en Nápoles.

Otra pieza distintiva es Pulcinella, un personaje enmascarado del teatro cómico y símbolo universal de Nápoles. Los artesanos comenzaron a incluir a Pulcinella en sus pesebres en el siglo XVIII como signo de alegría y desenfado.

Pesebres y figuritas tradicionales napolitanas, encontradas en la Bottega Ferrigno en Nápoles (Italia). Crédito: Gianpiero Passalia/EWTN News.
Pesebres y figuritas tradicionales napolitanas, encontradas en la Bottega Ferrigno en Nápoles (Italia). Crédito: Gianpiero Passalia/EWTN News.

Situada entre los personajes “profanos” y la Sagrada Familia, está la “purificación”, explicó el artesano Giudice. “Se representa mediante una fuente o una cascada: tiene que haber agua, porque el agua purifica de lo profano a lo sagrado”.

“Las caras aquí [en Nápoles] son particulares, ¡incluso grotescas!”, dijo Giudice. “Y a veces las usamos y las transformamos en nuestros pastores, convirtiendo esas caras en personajes de nuestro belén. Por supuesto, la gente mayor de aquí nos da muchísima inspiración. Esos rostros tienen tanta historia”.

“Nápoles es una ciudad fantástica. Una ciudad llena de inspiración, llena de cultura. Las piedras aquí tienen cientos de años: hablan”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.