El sábado 13 de diciembre se vivió una jornada de cercanía con las personas más necesitadas de Bogotá, en el marco de la Navidad Jubilar 2025, durante la cual obispos, consagrados y laicos compartieron alimentos y rezaron juntos a niños, ancianos, prostitutas, recicladores e indigentes. 

Para ello, el Arzobispo de Bogotá, Cardenal Luis José Rueda, y sus obispos auxiliares se dirigieron a cuatro puntos diferentes de la capital colombiana conocidos por ser zonas de gran necesidad. 

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El Cardenal Rueda estuvo presente en el barrio 7 de agosto, en la Casa Santa Isabel de Hungría. Por su parte, los obispos auxiliares Alejandro Díaz, Edwin Vanegas y Germán Barbosa asistieron a los barrios Santa Fe, Las Cruces y San Bernardo, respectivamente. 

Durante la jornada del 13 de diciembre, los voluntarios repartieron alimentos a las personas vulnerables del barrio de Santa Fe, en Bogotá. Crédito: Cortesía Diana Bonilla.
Durante la jornada del 13 de diciembre, los voluntarios repartieron alimentos a las personas vulnerables del barrio de Santa Fe, en Bogotá. Crédito: Cortesía Diana Bonilla.

Gracias a esta iniciativa se repartieron 2.500 desayunos con la ayuda de unos 500 voluntarios, quienes sirvieron a los niños, personas en situación de calle, adictos, prostitutas y ancianos que llegaron a esas ubicaciones. 

Jesús ha venido a ser misericordioso 

A la iglesia María Reina, en el barrio Santa Fe, llegó el Obispo Auxiliar, Mons. Alejandro Díaz, quien en un encuentro previo con los voluntarios, les recordó que Cristo llegó al mundo para ser misericordioso. 

“Y lo más hermoso de todo esto es que cuando nosotros somos capaces de ser misericordiosos, nosotros nos vamos ganando el cielo y vamos arrastrando a otros a asistir”.  

En ese sentido, recordó que Cristo aseguró que cada vez que le dan de comer y de beber a uno de sus pequeños, lo hacen con Él mismo.  

Luego de compartir un momento con los niños y ancianos, Mons. Díaz se acercó a los habitantes de la calle y demás que estaban siendo atendidos en un parque cercano, para darles la bendición y dirigirles unas palabras. 

“Espero que estos días de Navidad los puedan vivir también con esa fe, con esa confianza, que tengan siempre a Diosito en el corazón, que nunca nos abandona”, dijo el prelado, quien les aseguró que el compartir el pan es “un signo también de la compañía de Dios en nuestra vida”.