El P. Francesco Patton, quien durante nueve años fue el Custodio de Tierra Santa, animó a los padres de familia a “redescubrir el valor de narrar el Evangelio” a sus hijos para inculcarles la fe, especialmente ahora que la Iglesia Católica se prepara para celebrar la Navidad.

En una entrevista con la agencia italiana SIR, el fraile franciscano añadió que, redescubriendo este valor, los padres también transmitirán a los hijos “una chispa de esa Narración que es la historia de quien dio sentido a nuestras vidas”.

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El sacerdote dijo estas palabras al responder sobre cómo abordar el actual ambiente secularizado que se ha reducido el armado del pesebre a una costumbre e incluso lo ha relegado a un lugar por debajo del árbol de Navidad.

“Espero de verdad que quienes preparan el belén hoy en día también piensen en los personajes que exponen”, indicó el P. Patton.

Para explicarse mejor, el sacerdote puso como ejemplo el caso de una catequista que hacía que sus hijos pequeños colocaran en el nacimiento, cada día del Adviento, un personaje diferente, “contando su historia hasta la Nochebuena, cuando el Niño fue colocado en el pesebre”.

“Así es como debe crearse el belén, no simplemente apresurándose a añadir figuras, sino reflexionando sobre cada personaje. Tenemos ante nuestros ojos muchos personajes del belén, empezando por los pastores, propuestos por la tradición”, señaló en la entrevista publicada el 8 de diciembre.

Sobre el árbol de Navidad, el fraile de Tierra Santa recordó que este tiene raíces cristianas desarrollas en la Edad Media.

Explicó que inicialmente se trató de “un árbol desnudo al que se adherían manzanas. Era una inversión de la historia del pecado original. El árbol de Navidad nos recuerda que el árbol de la vida maduró sus frutos, para nosotros, en el momento en que el Hijo de Dios se hacía Hijo del Hombre” y venía al mundo para salvar a la humanidad.

“Las esferas de colores que cuelgan del árbol son en sí mismas un símbolo de esta manzana, no más un fruto que desata el pecado, el mal y la muerte, sino un fruto que brota porque ha nacido Aquel que es la vida y quien nos da la vida”, indicó.

En el pesebre hay lugar para todos

Durante la entrevista, el P. Francesco Patton dijo que cuando San Francisco de Asís concibió la idea de representar el nacimiento de Jesús en Greccio (Italia), lo que buscaba era “crear una especie de paralelismo entre el mensaje del belén, el mensaje de la Encarnación y la forma en que Jesús sigue estando presente y acompañándonos hasta el fin del mundo a través de la Eucaristía”.

Indicó que San Francisco quería “recrear la atmósfera de Belén con el pesebre, porque pesebre quiere decir comedero, y celebrar la Eucaristía. Tommaso de Celano, el primero en relatar la Navidad de Greccio, escribe que Francisco le había pedido al Papa un permiso especial para celebrar la Eucaristía no en una iglesia, sino en esa gruta sobre un altar situado junto al comedero”.

“Hoy, cuando hacemos el pesebre, debemos contemplar la humildad de Dios y hacer como hacía San Francisco que, cuando mencionaba a Jesús, se pasaba la lengua por los labios para saborear la dulzura de su nombre y pensar que aquel niño es el Hijo de Dios y que no debemos temerle, sino acogerlo en nuestras vidas”, invitó el P. Patton.

En ese sentido, el fraile franciscano aseguró que “junto al pesebre hay espacio para todos, sin distinción, y no es necesario reservar asiento ni pagar entrada. Hay espacio para creyentes y no creyentes, para quienes buscan, para quienes desean creer pero con dificultad, para quienes necesitan esperanza”.