La reliquia del brazo de San Judas Tadeo, que durante año y medio peregrinó por México, fue recibida con alegría y en medio de una celebración de la Misa el sábado 13 de diciembre, a su regreso al Santuario de San Salvatore in Lauro en Roma (Italia).
Hoy en el Santuario de San Salvatore in Lauro en Roma, en la Misa de las 6 , se entregó la Reliquia de San Judas Tadeo que peregrinó por México; el P. Hugo Valdemar, canónigo de la Catedral Metropolitana la entregó a Mons. Pietro Bongiovanni, párroco y rector del santuario. pic.twitter.com/jkvlDcU3Md
— Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de Mx (@Catedral_CdMx) December 13, 2025
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El encargado de entregar la reliquia al santuario fue el sacerdote mexicano Hugo Valdemar, canónigo de la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis Primada de México.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Valdemar destacó que “fue para mí una gracia y un honor muy grande poder regresar la reliquia de San Judas Tadeo a su lugar de origen”.
Al llevar la reliquia de regreso a Roma, compartió: “pude constatar la fe viva de muchas personas incluso durante el viaje, y fue un momento profundo de oración y recogimiento, consciente de que se trataba de un apóstol, uno de los Doce, columna de la Iglesia”.

“La acogida en Roma fue muy cálida y profundamente eclesial. Es una gracia que agradezco profundamente a Dios”, expresó, destacando que “el recibimiento en San Salvatore in Lauro fue muy solemne y emotivo”.
Con respecto a la devoción a San Judas Tadeo, que mueve multitudes en México el día 28 de cada mes —especialmente el 28 de octubre, día de su fiesta—, el P. Valdemar señaló que “se percibe una devoción más discreta en Roma, pero igualmente sincera. Cambian las expresiones, pero es la misma fe”.
“Esta experiencia permitió vivir de manera muy concreta la catolicidad de la Iglesia”, resaltó.
De acuerdo con los organizadores de la peregrinación, la reliquia de San Judas Tadeo fue venerada por alrededor de 22 millones de personas a su paso por 85 de las 98 diócesis que existen en México, desde el 24 de julio de 2024 hasta el 11 de septiembre de 2025.
“Un verdadero evento de gracia”
Para el P. Valdemar, la oportunidad que tuvo México de recibir temporalmente la reliquia del brazo de San Judas Tadeo “fue un verdadero evento de gracia”, y aseguró que “Dios se hizo presente en nuestro país a través de la intercesión de San Judas Tadeo”.
“No me cabe duda de que México es, en el mundo, el país donde existe la mayor devoción a este apóstol, y por eso su presencia tuvo un significado profundamente especial”, aseguró.
Se estiman en cerca de 100.000 los devotos que acuden a la iglesia de San Hipólito en el centro de Ciudad de México el 28 de octubre de cada año, convirtiendo ese templo católico en uno de los referentes de la devoción a San Judas Tadeo. En noviembre de este año, la Arquidiócesis Primada de México erigió formalmente un santuario dedicado al santo apóstol al sur de la capital mexicana.
El P. Valdemar destacó que al paso de las reliquias por México “muchas personas acudieron buscando su intercesión, pidiendo su favor, presentando sus dolores, sus luchas y sus esperanzas. Y lo que se percibió claramente fue que se sintieron animados, consolados y escuchados”.
Tras recordar que “a San Judas Tadeo se le reconoce tradicionalmente como el santo que intercede en las causas difíciles, o como dice el pueblo, en las causas ‘imposibles’”, el sacerdote mexicano señaló que “nuestro país vive hoy un desgarramiento social que ha dañado gravemente el tejido comunitario y familiar: pobreza, desigualdad, marginación y múltiples formas de exclusión”.

“No es casual que quienes más se acercaron a pedir la intercesión y el favor de san Judas hayan sido precisamente las personas más sencillas, las más pobres y las más golpeadas por estos flagelos. En ellas se manifiesta una fe que nace de la necesidad, del dolor y también de la esperanza”, dijo.
“San Judas sigue intercediendo, aunque la reliquia no esté físicamente”
El canónigo de la Catedral Metropolitana advirtió que en torno a la figura del santo apóstol hay un riesgo de “que la devoción se deforme y se vuelva supersticiosa o mágica, olvidando que no es San Judas quien concede las gracias, sino Dios por su intercesión”.
“Esto puede llevar a una fe mal entendida, incluso incompatible con la vida cristiana, como ocurre cuando personas vinculadas al crimen organizado se declaran devotas sin conversión”, señaló.
Al mismo tiempo, destacó que “la gran riqueza, en cambio, es que San Judas es visto como un intercesor cercano. Para muchos fieles sencillos, esta devoción es una puerta para acercarse a Dios, confiar en Él y pedir su ayuda”.
“Es una expresión auténtica de la religiosidad popular cuando está bien orientada”, subrayó.
El P. Valdemar destacó luego que, aunque la reliquia haya regresado a su santuario en Roma, “la presencia de San Judas es ante todo espiritual”.
“La reliquia es un signo, pero lo esencial es la fe y la confianza en Dios. San Judas sigue intercediendo, aunque la reliquia no esté físicamente presente”, aseguró.
“Su visita fue algo excepcional y no sabemos si o cuándo podría repetirse. Pero la presencia de Dios nunca falta cuando se le invoca con fe. Como dice el Señor: ‘donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos’”, expresó.






