El Papa León XIV saldrá de Roma la mañana del jueves en su primer viaje apostólico internacional. Se espera que este amplio viaje —que abarca históricos encuentros ecuménicos, gestos de oración profundamente simbólicos y visitas pastorales a comunidades cristianas sometidas a presión— ponga de relieve las prioridades del Santo Padre en favor de la unidad, la paz y el aliento en una región marcada tanto por una antigua fe como por un sufrimiento presente.
El avión papal tiene previsto despegar a las 7:40 a.m. (hora local) del aeropuerto de Fiumicino, con destino a Ankara, la capital de Turquía. A su llegada, el Papa visitará el Mausoleo de Atatürk, construido en honor de Mustafa Kemal Atatürk, fundador y primer presidente de la República de Turquía. Luego se dirigirá al Palacio Presidencial para un encuentro con el presidente Recep Tayyip Erdoğan y un discurso ante las autoridades, representantes de la sociedad civil y el cuerpo diplomático. El Papa no pernoctará en Ankara, sino que continuará el mismo día en avión hacia Estambul.
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Una visita con enfoque ecuménico
La visita a Turquía se centra en el 1700º aniversario del Primer Concilio de Nicea. El Papa participará en una oración ecuménica en Iznik, lugar del histórico concilio que articuló la enseñanza cristiana sobre la naturaleza de Cristo y confirmó el Credo niceno. El concilio también promulgó normas disciplinarias y estableció una fecha común para la Pascua.
Durante su estancia, el Papa tomará parte en varias ceremonias y se espera que firme una declaración conjunta con el Patriarca Ecuménico Bartolomé I de Constantinopla. También visitará la Mezquita del Sultán Ahmed de Estambul.
Una omisión notable en el itinerario del Papa es Santa Sofía, la iglesia bizantina convertida en mezquita que el gobierno turco designó como museo abierto a todas las religiones en el siglo XX. El Papa Francisco visitó el monumento en 2014, durante el último viaje papal a Turquía, pero dijo que se sintió “profundamente dolido” cuando el gobierno lo volvió a convertir en mezquita seis años más tarde. El Patriarca Bartolomé también protestó por el cambio.
La visita del Papa León reviste un significado particular para la pequeña comunidad cristiana de Turquía, que mira al Pontífice en busca de apoyo y aliento. El lema de la visita es: “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo”. La comunidad católica ha sido testigo de varios atentados en las últimas décadas, como el asesinato del P. Andrea Santoro en Trabzon en 2006 y el asesinato del vicario apostólico de Anatolia, Mons. Luigi Padovese, en 2010. En 2024, dos personas atacaron la iglesia de Santa María en el distrito de Sariyer, en Estambul, durante la Santa Misa, provocando la muerte de una persona que asistía a la celebración. El Estado Islámico reivindicó la autoría de este último atentado.
Al igual que el resto de la población, los cristianos también han afrontado en los últimos años las consecuencias económicas de la fuerte inflación de la lira turca, la moneda nacional. Asimismo, han sufrido los devastadores efectos del terremoto que sacudió el sur de Turquía en febrero de 2023.
Un mensaje de paz para el Líbano
Después de Turquía, el Papa viajará al Líbano. Hablando con periodistas el mes pasado, dijo que allí tendría “la oportunidad de proclamar una vez más el mensaje de paz en Oriente Medio, en un país que ha sufrido tanto”.
El itinerario del Papa León en el Líbano pone de relieve tanto las profundas raíces cristianas de la nación como sus traumas recientes. El Santo Padre visitará la tumba de San Charbel, un venerado santo maronita, en Annaya; se reunirá con jóvenes frente al Patriarcado Maronita en Bkerke; y pasará un tiempo en oración silenciosa en el lugar de la explosión del puerto de Beirut en 2020, que causó la muerte de más de 236 personas y dejó más de 7.000 heridos, según Human Rights Watch.
La comunidad cristiana del Líbano ha soportado años de dificultades: desde el colapso económico de 2019 hasta la explosión de 2020, así como los continuos enfrentamientos entre Israel y Hezbolá desde octubre de 2023. Aunque debilitados por la emigración y la crisis, los cristianos siguen siendo centrales en la vida política y social del país: el presidente de la República, el comandante del ejército y el gobernador del banco central deben ser todos maronitas católicos, y el Parlamento está dividido equitativamente entre cristianos y musulmanes.
Muchos cristianos libaneses han abandonado el país en busca de estabilidad y oportunidades económicas. Para quienes permanecen, la presencia del Papa es vista ampliamente como un signo de esperanza, especialmente durante el Año Jubilar de la Esperanza 2025.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.






