Los obispos europeos han alzado la voz para exigir un cambio de paradigma en las relaciones entre Europa y África, evitando los intereses de los países desarrollados a expensas de la justicia y solidaridad con el pueblo africano. 

La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) ha firmado un documento conjunto en el que se plantean una serie de reivindicaciones y orientaciones clave en vistas a la séptima cumbre entre la Unión Africana y la Unión Europea, que se celebrará en Luanda (Angola) el 24 y 25 de noviembre.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

Junto a las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM); Caritas África; Cáritas de Medio Oriente y Norte de África (MONA); Cáritas Europa; y CIDSE, expresan su esperanza de que los responsables políticos europeos y africanos “coloquen la dignidad de los pueblos de ambas regiones en el centro de las futuras relaciones”.

Los firmantes conciben la cumbre como una oportunidad “para trabajar conjuntamente en los pilares de una asociación equitativa entre las dos regiones”, reafirmando su compromiso con la justicia social, ambiental y global.

En el escrito también denuncian “las falsas soluciones al cambio climático, un modelo de desarrollo basado en el extractivismo y la mercantilización de la naturaleza”, y comparten su preocupación respecto al creciente enfoque de la UE “en sus intereses geopolíticos y económicos, a expensas de la justicia y la solidaridad” con África, “de sus necesidades y de sus aspiraciones”.

En consecuencia, hacen un llamado a establecer “sistemas energéticos justos y democráticos, y asociaciones que promuevan la creación de valor local y una distribución equitativa de los beneficios”.

Piden asimismo desarrollar estrategias de inversión que no solamente tengan en cuenta a la Unión Europea, proponiendo una cooperación que favorezca la creación de valor en África, con sistemas energéticos renovables y descentralizados, gestión comunitaria, transparencia, control local y mercados regionales, no sólo exportación.

Defienden que la Unión Europa “debe reconocer sus propios límites de consumo”, y suplican “por la justicia de la deuda, reconociendo las injusticias históricas y pidiendo mecanismos de resolución de deudas justos, transparentes y centrados en las personas”.

El documento subraya que la cumbre tiene lugar en el contexto de la “década de las reparaciones” de la Unión Africana, lo que exige que las relaciones se basen en el reconocimiento del legado del colonialismo y la esclavitud, y en la reparación de las injusticias estructurales históricas que siguen marcando las dinámicas de poder y explotación.