Cáritas Brasil expresó su “profunda indignación” tras el operativo policial de ayer, 28 de octubre, en Río de Janeiro y que dejó más de 100 muertos.

En un “Manifiesto para la investigación ante la tragedia de la violencia extrema en el estado de Río de Janeiro”, publicado en redes sociales, la organización exige “una investigación rigurosa y transparente de cada muerte y cada herido, especialmente cuando existen indicios de que civiles e inocentes resultaron gravemente afectados”.

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“Como organización de la Iglesia Católica, reafirmamos que la seguridad no se construye con armas ni operativos puntuales, sino con políticas estructurales: educación, vivienda digna, creación de empleo, reforma institucional y políticas de seguridad efectivas”, señaló.

Cáritas afirmó estar “comprometida con la promoción de la paz, la defensa de los derechos humanos y el fortalecimiento de la dignidad de cada persona” y se mantiene “vigilante y activa para que esta tragedia no caiga en el olvido”.

“Necesitamos cambios profundos en la justicia social para un mundo verdaderamente más seguro”, concluye el manifiesto.

Cáritas Brasil es una organización de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) que, según se define en sus páginas oficiales, “trabaja en derechos humanos y desarrollo sostenible”. Está presidida por el Arzobispo de Cuiabá, Mons. Mário Antônio da Silva.

La Seguridad Pública de Río de Janeiro llevó a cabo ayer un operativo contra el Comando Vermelho, una de las mayores organizaciones criminales de Brasil, con el objetivo de ejecutar cien órdenes de arresto y frenar su expansión territorial. El operativo se realizó en los complejos Alemão y Penha, en la zona norte de la ciudad.

Al final de la madrugada, la policía llegó a los lugares del operativo y los narcotraficantes reaccionaron con disparos y barricadas. Según la Policía Civil, los delincuentes incluso respondieron con bombas lanzadas por drones.

Durante todo el día, los narcotraficantes orquestaron represalias en toda la ciudad, levantando barricadas con vehículos incautados o escombros en importantes vías de Río de Janeiro.

Según un informe publicado por el gobierno de Río de Janeiro, al menos 64 personas murieron en el operativo, entre ellas cuatro policías. Otras 81 personas fueron detenidas y se incautaron cerca de cien rifles.

En la madrugada del 29 de octubre, residentes del complejo Penha trasladaron al menos 64 cuerpos a una plaza de la zona, los cuales fueron recuperados del bosque donde se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los narcotraficantes. Según el secretario de la Policía Militar, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, estos cuerpos no fueron incluidos en las cifras oficiales publicadas.

En su manifiesto, Cáritas condenó enérgicamente “la escalada de violencia, que transforma los territorios en zonas de confrontación permanente”. “Los operativos de seguridad no pueden convertirse en la vía hacia soluciones que amenazan la vida humana al transformar las ciudades en territorios del miedo”, expresó la organización.

Al exigir una investigación sobre lo sucedido, Cáritas solicita "que los poderes públicos garanticen el respeto de los derechos humanos, la dignidad y la justicia, sin excepciones".

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Digital.