El Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, fue recibido este martes en audiencia en la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores del Uruguay, donde se debate el proyecto de ley de eutanasia, que ya tiene media sanción.

Presentado por el Frente Amplio, el proyecto de ley que ya obtuvo media sanción, prevé que cualquier persona mayor de 18 años “que padezca una o más patologías o condiciones de salud crónicas, incurables e irreversibles que menoscaben gravemente su calidad de vida, causándole sufrimientos que le resulten insoportables” pueda solicitar la muerte asistida.

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En el caso de recibir la mayoría de votos positivos en el Senado, Uruguay se convertiría como el tercer país de Latinoamérica en permitir la eutanasia, además de Colombia y Ecuador.

En ese marco, la Iglesia Católica se pronunció en numerosas oportunidades, sosteniendo un “firme no” a la eutanasia.

Este martes, tras la audiencia en la Comisión de Salud donde presentó la postura de la Iglesia Católica, el Cardenal Sturla dio declaraciones a los medios de comunicación, en las que señaló que “la posición de la Iglesia es bien conocida, que es en defensa de la vida y es contraria al proyecto de ley de eutanasia”, recoge Noticias 5.

El “principal problema” de Uruguay

“Yo lo que expuse es que el principal problema del Uruguay para mí, obispo y ciudadano de este país, es un problema espiritual, que tiene que ver con el sentido de la vida y con la desvalorización de la vida humana que se da entre nosotros”. 

Este proyecto, consideró el purpurado, “en lugar de contribuir a valorizar la vida, contribuye a pensar que hay vidas descartables y por eso creemos que es fundamentalmente negativo”. 

Ante su posible aprobación, el Cardenal Sturla aclaró que “también se han aprobado otras leyes que uno no concuerda”. Sin embargo, “nosotros presentamos nuestra postura, ha sido recibida muy bien por la Comisión de Salud, con mucho respeto, también por el hecho de que la Iglesia venga como tal, con el arzobispo, a plantear su posición”, indicó. 

“Nosotros creemos igual que aún en esta ley hay alguna cosa a cambiar, sobre todo el nombre. Yo discrepo radicalmente [con] que la ley de eutanasia se llame de muerte digna, porque eso creo que da una confusión a la gente y entonces ¿cómo clasificamos las otras muertes?” cuestionó.

“Obviamente que habrá siempre situaciones muy dolorosas, muy dramáticas, que las respeto totalmente”, aclaró el arzobispo, pero observó que “esta ley va mucho más allá de lo que serían las situaciones más dramáticas, que a veces se presentan para tener argumentos para aprobarla”.

Una “pendiente resbaladiza”

La ley de eutanasia, explicó el cardenal, crea “un camino de pendiente resbaladiza”, donde “se abren muchas puertas que a veces no se tienen en cuenta a la hora de defender el valor de la vida humana”.

El camino ante las enfermedades irreversibles, consideró, son “los cuidados paliativos: cuidar, respetar, amar, atender a las personas”.

Como ejemplo, el Cardenal Sturla mencionó una institución que ha nacido hace dos años en la Iglesia Católica: 

“El Hospice San José, donde van personas cuyas familias no los pueden atender, en trance de morir, y que ahí reciben atención, cariño, cuidados paliativos y transcurren los últimos días, semanas o meses en paz y dando gracias por las atenciones recibidas”.