Los nueve obispos en ejercicio de Uruguay se unieron para transmitir a la comunidad un firme mensaje de rechazo ante la inminente votación del proyecto de ley de eutanasia.
El proyecto de ley, que se discute desde hace ocho años en el país, tomó impulso nuevamente por iniciativa del Frente Amplio y el Partido Colorado, y se votará este martes 12 de agosto en la Cámara de Representantes.
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De aprobarse allí y luego en el Senado, Uruguay se convertiría en el tercer país de Latinoamérica en legalizar la práctica, detrás de Colombia y Ecuador.
En un videomensaje, los obispos de las distintas diócesis de Uruguay emitieron su postura respecto del proyecto. En primer lugar, Mons. Milton Tróccoli, Obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas, recordó que "La dignidad de cada persona es un don absoluto, inalienable, que no se pierde jamás”.
Por su parte, Mons. Pedro Wolcan, Obispo de Tacuarembó, destacó que “para Dios, cada vida es infinitamente amada y digna de todo nuestro cuidado”.
Desde la Diócesis de Mercedes, Mons. Luis Eduardo González consideró que “nuestra sociedad debe acoger, proteger y acompañar a cada persona hasta el final de su vida terrena”.
Monseñor Pablo Jourdán, Obispo de Melo, expresó un “rotundo sí a la medicina paliativa: cuidar, aliviar y consolar con amor y profesionalismo”, punto en el que insistió el Arzobispo de Montevideo y Primado del Uruguay, Cardenal Daniel Sturla, al subrayar la urgencia de “implementar la ley de cuidados paliativos para que ningún uruguayo sufra innecesariamente”.
"Todos tenemos derecho a ser cuidados y atendidos. Jesús nos enseñó a no dejar a nadie tirado al costado del camino", añadió Mons. Fabián Antúnez, Obispo de San José.
Asimismo, los obispos manifestaron un “firme no a la eutanasia”; ya que “causar la muerte de un enfermo es éticamente inaceptable", insistió el Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini
La vida humana, recordó Mons. Arturo Fajardo, Obispo de Salto, “es un derecho fundamental, indisponible e irrenunciable”, por lo tanto “no puede ser objeto de manipulación”.
Finalmente, Mons. Heriberto Bodeant, Obispo de Canelones, en nombre de la Iglesia, ofreció “la luz de Cristo: fe, esperanza y amor para abrazar la vida hasta el último aliento”.




