El Papa León XIV afirmó que los nuevos santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para los jóvenes “a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de  ella una obra maestra”.

Decenas de miles de fieles formaban largas filas en los alrededores del Vaticano horas antes del inicio de la histórica Misa de canonización de los jóvenes italianos Frassati y Acutis, los dos santos que inspiran e iluminan a las nuevas generaciones de jóvenes. 

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Antes del inicio del rito de canonización, el Santo Padre saludó por sorpresa a los fieles reunidos en la abarrotada Plaza de San Pedro. Con voz firme y apreciable alegría, el Pontífice les invitó a “prepararnos con el corazón abierto para recibir esta gracia del señor y sentir en el corazón” lo mismo que han vivido los futuros santos: el amor por Jesucristo, en la eucaristía y en los pobres. “Todos estamos llamados a ser santos”, afirmó. 

También agradeció la presencia de más de dos mil sacerdotes que han viajado hasta Roma desde diferentes rincones del mundo para participar en la ceremonia. 

¡Fiesta en el cielo! Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis ya son santos

A las 10:00 (hora local), comenzó el rito de canonización. El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro, pidió al Papa León XIV canonizar a los beatos con una fórmula en latín. Posteriormente, leyó la biografía de ambos.


Al terminar, el Santo Padre invitó a todos a orar y el coro entonó las letanías de los santos. Posteriormente, el Papa León XIV pronunció la fórmula de canonización en latín. 

Tras ser declarados santos, entre las primera filas pudo apreciarse la emoción de la madre de San Carlo Acutis, Antonia Salzano, quien no pudo contener las lágrimas al presenciar que su hijo ya está en los altares.


Al inicio de su homilía, el Papa León XIV citó la primera lectura, leída en inglés por Michele Acutis, hermano del nuevo santo. Es la primera vez que se le veía en público desde la beatificación de su hermano. Nació junto con su hermana gemela, Francesca, cuatro años después de la muerte de Carlo.


“El riesgo más grande de la vida es desaprovecharla fuera del proyecto de Dios”

El Santo Padre destacó que Salomón, tras la muerte de su padre David, agradece al Señor por la sabiduría que le ha enviado. En este contexto, el Pontífice remarcó el valor de la sabiduría para poder conocer los proyectos de Dios y adherirse fielmente a ellos: “El riesgo más grande de la vida es desaprovecharla fuera del  proyecto de Dios”, advirtió.

Destacó también que Jesús nos invita a cargar con nuestra propia cruz y “nos llama a lanzarnos sin vacilar a la aventura que Él nos propone, con la inteligencia y la fuerza que  vienen de su Espíritu y que podemos acoger en la medida en que nos despojamos de nosotros mismos, de las cosas y de las ideas a las que estamos apegados, para ponernos a la escucha de su palabra”. 

Recordó que muchos santos tuvieron que afrontar este momento decisivo de la vida cuando eran jóvenes, como es el caso de San Francisco de Asís. “A veces nosotros los representamos  como grandes personajes, olvidando que para ellos todo comenzó cuando, aún jóvenes, respondieron ‘sí’ a Dios y se entregaron a Él plenamente, sin guardar nada para sí”, subrayó.

Una luz para la espiritualidad laical

A continuación, citó a los recién proclamados santos, San Pier Giorgio Frassati San Carlo Acutis, “un joven de principios del siglo XX y un adolescente de nuestros días, ambos enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él”. 

Destacó que Pier Giorgio encontró al Señor por medio de la escuela y algunos grupos eclesiales, como Acción Católica o las Conferencias de San Vicente de Paúl, “y dio testimonio de ello a través de su alegría de  vivir y de ser cristiano en la oración, en la amistad y en la caridad”. 

Recordó que el joven, a fuerza de verlo recorrer las calles de Turín con carritos repletos de ayuda para los pobres, sus amigos lo  llamaban “Empresa de Transportes Frassati”. 

Para el Santo Padre, la vida de Pier Giorgio representa también hoy una “luz para la espiritualidad laical”. Para él, añadió el Pontífice, “la fe no fue una devoción privada; impulsado por la fuerza del  Evangelio y la pertenencia a asociaciones eclesiales, se comprometió generosamente en la sociedad,  dio su contribución en la vida política, se desgastó con ardor al servicio de los pobres”.

Por su parte, indicó que San Carlo Acutis encontró a Jesús en su familia, gracias a sus padres, Andrés y Antonia y después en la escuela. Pero sobre todo en los sacramentos, celebrados en la comunidad parroquial.

El Papa León XIV destacó que ambos “cultivaron el amor a Dios y a los hermanos a través de medios sencillos, al alcance de todos: la Santa Misa diaria, la oración, y especialmente la adoración  eucarística”. 

A continuación, citó algunas frases de San Carlos Acutis: “Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos. Cuando nos ponemos  ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos”.

Y también: “La tristeza es dirigir la mirada  hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que  desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos”. 

Confesión frecuente, devoción por los santos y caridad

El Santo Padre también destacó algunas virtudes que compartían los dos santos, como la confesión frecuente, esencial para ambos, así como su gran devoción por los santos, por la Virgen María y la caridad. 

“Pier Giorgio decía: ‘Alrededor de los pobres y los enfermos veo una luz que nosotros no  tenemos’. Llamaba a la caridad ‘el fundamento de nuestra religión’ y, como Carlo, la ejercitaba sobre todo por medio de pequeños gestos concretos, a menudo escondidos, viviendo lo que el Papa Francisco ha llamado ‘la santidad ‘de la puerta de al lado’”, señaló.

El Papa León XIV remarcó que, incluso cuando la enfermedad fue deteriorando sus jóvenes vidas, “ni siquiera eso los detuvo ni les impidió amar, ofrecerse a Dios, bendecirlo y pedirle por ellos y por todos”. 

De hecho, recordó que Pier Giorgio dijo: “El día de mi muerte será el día más bello de mi vida”, mientras que a Acutis le gustaba decir que “el cielo nos espera desde siempre, y que amar el mañana es dar hoy nuestro mejor fruto”.

Una invitación a no malgastar la vida

“Los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de  ella una obra maestra”, subrayó a continuación.

El Santo Padre propuso a los nuevos santos como modelo para los jóvenes, quienes “nos animan con sus palabras: ‘No yo, sino Dios’, decía Carlo. Y Pier Giorgio:  Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final’”. 

“Esta es la  fórmula, sencilla pero segura, de su santidad. Y es también el testimonio que estamos llamados a imitar para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del cielo”, concluyó.