La verdadera paz, utilizada a menudo como lema, comienza en nuestros propios corazones y comunidades, dijo el Papa León XIV a un grupo de jóvenes adultos de la región del Mediterráneo este viernes 5 de septiembre en el Vaticano.
En un discurso pronunciado en italiano e inglés, el Papa calificó a los jóvenes como la “generación que imagina un futuro mejor y decide construirlo. Ustedes son el símbolo de un mundo que no se deja llevar por la indiferencia ni la complacencia” sino que, resaltó, “se arremanga y trabaja para transformar el mal en bien”.
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León XIV se reunió con alrededor de 50 miembros del Consejo de la Juventud del Mediterráneo, fundado en 2022 e integrado por jóvenes adultos de países europeos y de Oriente Medio bañados por el Mar Mediterráneo.
“La paz está en la agenda de los líderes internacionales, es tema de debates globales, pero lamentablemente, a menudo se reduce a un simple eslogan”, dijo el Pontífice.
“Lo que necesitamos es cultivar la paz en nuestros corazones y en nuestras relaciones, dejarla florecer en nuestras acciones diarias, trabajar por la reconciliación en nuestros hogares, nuestras comunidades, nuestras escuelas y lugares de trabajo, en la Iglesia y entre las Iglesias”.
Ser un pacificador no es fácil, dijo el Papa León, y denunció el uso de las tradiciones religiosas para justificar la violencia en lugar de traer paz, fraternidad, cuidado de la creación y apertura a los demás.
“Necesitamos rechazar estas formas de blasfemia que deshonran el santo nombre de Dios, y hacerlo mediante nuestra forma de vida”, subrayó. “Estamos llamados a cultivar la oración y la espiritualidad, junto con la acción, como fuentes de paz y puntos de encuentro entre tradiciones y culturas”.
“Para los creyentes, el futuro no es de muros y alambres de púas, sino de aceptación mutua”, añadió.
El Papa animó a los jóvenes a no rendirse, incluso si alguien no los comprende ni entiende por qué luchan: “San Carlos de Foucauld decía que Dios también se vale de los vientos en contra para llevarnos a puerto”.
“No tengan miedo: sean semillas de paz donde crecen semillas de odio y resentimiento; sean tejedores de unidad donde prevalecen la polarización y la enemistad; sean la voz de quienes no tienen voz para pedir justicia y dignidad; sean luz y sal donde se apaga la llama de la fe y el gusto por la vida”, dijo.
Traducido por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA







