En Nicaragua se celebró ayer “La gritería”, una fiesta católica en honor a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. El Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, presidió una Misa solemne, y en su homilía expresó que ese día “no es solamente una tradición, sino un gesto de fe y de amor para el buen Dios y para su hija predilecta, la Virgen María”.
Se dice que la fiesta de “La gritería” tiene sus orígenes en el siglo XVIII, específicamente en la ciudad de León. Allí, gracias a los misioneros franciscanos, se popularizó rápidamente la devoción a la novena de la Inmaculada Concepción. La tradición se celebra cada 7 de diciembre, víspera de la solemnidad y el día más importante de la novena. Los fieles salen a las calles para visitar los altares en honor a la Madre de Dios que se levantan en los hogares e iglesias.
Ese día se caracteriza también por los cánticos a la Virgen y por los fuegos artificiales. Además, en la ciudad de León, el Obispo es el encargado de empezar la fiesta, gritando desde el atrio de la Catedral: "¿Quién causa tanta alegría?", a lo que el pueblo responde: "¡La Concepción de María!". Esta costumbre se ha extendido por toda Nicaragua.