Dos obispos de Inglaterra lamentaron la muerte de la bebé Indi Gregory, desconectada el último sábado del soporte vital, y solicitaron la aprobación de una enmienda sobre cuidados paliativos para enfermos terminales.
Indi Gregory, nacida en febrero y bautizada en septiembre, sufría de una rara enfermedad degenerativa mitocondrial. Estaba conectada a un ventilador en el Queen’s Medical Centre en Nottingham (Inglaterra).
El sábado 11 de noviembre fue desconectada del soporte vital que la mantenía con vida, tras una decisión judicial contraria a la voluntad de sus padres. Ese día la Oficina de Prensa del Vaticano informó que el Papa Francisco estaba rezando por Indi y su familia.