Tras la Misa de clausura del Sínodo de la Sinodalidad, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano para dirigir la oración del Ángelus, donde explicó que todos estamos llamados a ser una “gota” que refleja el amor de Dios, al igual que los santos.
Ante los fieles que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio del día, donde Jesús indica el “gran mandamiento del amor”: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
El Papa Francisco remarcó que esto muestra que “Dios siempre nos precede” y que es en sus brazos donde aprendemos a amar. “Todo comienza a partir de Él”, subrayó.