En el marco del viaje oficial del Papa Francisco a Mongolia, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) señaló en una nota de prensa que el país asiático podría convertirse en un “socio importante” de la Santa Sede en el continente, debido a su ubicación geográfica estratégica entre Rusia y China. De igual forma, explicó cuál es el contexto de la comunidad católica y los proyectos que ACN apoya en territorio mongol.
Con su viaje a Mongolia, el Papa Francisco se mantiene fiel al continuo llamado de su pontificado de ser una “Iglesia en salida, que vaya a las periferias”. ACN informa que la comunidad cristiana mongola no llega al 2% de la población total (alrededor de 62.000 personas) y que, de estos, sólo una pequeña parte es católica: “Según cifras del Vaticano, en Mongolia habría algo menos de 1.500 católicos, pero esta pequeña comunidad espera con gran entusiasmo la primera visita pontificia al país”, afirman en el comunicado.
Cecilia Munkhzul Zoljargal, responsable de Medios y Comunicación de la prefectura apostólica de Ulán Bator, compartió con ACN: “Espero, emocionada, la llegada del Papa a Mongolia. Estoy convencida de que infundirá esperanza y entusiasmo en la Iglesia, pero también en la gente que no es cristiana”. Y agregó que en esa nación la religión predominante es el budismo, por lo que la visita podría ser de gran beneficio para el diálogo interreligioso, y particularmente para la comunidad católica.