Dios quiere y ofrece la paz, pero “nosotros nos olvidamos que tenemos una pequeña parte de construcción para que haya esa paz”, advirtió el Obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Ramón Castro Castro.
Al presidir la Misa del Primer Domingo de Adviento en la Catedral de Cuernavaca, Mons. Castro Castro destacó que este tiempo previo a la Navidad “es un periodo muy hermoso, muy significativo en nuestro caminar cristiano: son cuatro semanas, son cuatro domingos en que la Iglesia, la liturgia, la Palabra de Dios, nos invita ¿a qué? A preparar el corazón para recibir al Señor que viene”.
“No sólo es una memoria gozosa, una memoria de su nacimiento en Belén, sino es también su venida diaria a nuestras vidas y también el retorno glorioso al final de los tiempos”, dijo.
El prelado subrayó que el Adviento “no es solamente un simple preámbulo a la Navidad, sino es un tiempo de gracia en el que Dios”.
“Hay ocasiones que la prisa de la vida, el ruido, el consumismo de este tiempo, llenan estas cuatro semanas. No dejemos, no dejemos que llene este periodo algo que no es lo que Dios espera de nosotros”, exhortó.
Para vivir correctamente este tiempo, alentó a “tratar de hacer silencio, de meditar y de ver cómo vamos a vivir esta esperanza activa, esta vigilancia y esta conversión”.