“Eso tiene efectos totalmente impresionantes y tremendos en aquellos a los que el día de mañana ellos van a reclutar”, advierte, recordando que los criminales “reclutan a los niños, penetran a las familias y reclutan a los niños. Ese es un problema gravísimo, gravísimo”.
El sacerdote lamenta que los mexicanos “estamos en una barca que se mueve en aguas turbulentas, de una manera tan hostil y tan fuerte que todos los que estamos dentro estamos expuestos a lo que hoy está dominando muchísimas partes del país”.
Los sacerdotes, también “en la mira” de la violencia
El CCM, bajo la dirección del P. Sotelo, ha registrado 10 asesinatos de sacerdotes y más de 900 casos de extorsiones y amenazas de muerte contra miembros de la Iglesia sólo entre los años 2018 y 2024.
Ante la violencia que vive el país, dice el P. Sotelo, también “están en la mira” los sacerdotes, quienes son también “autoridades morales” en sus comunidades.
Muchos sacerdotes, continuó, trabajan “incansablemente, siete por veinticuatro” para “tratar de cambiar las mentalidades de aquellos jóvenes, niños y jóvenes que están viendo en el sicariato la posibilidad de vivir, de ganarse la vida”, promoviendo “una visión mucho más profética, mucho más pastoral, mucho más humana, mucho más familiar, para que estos jóvenes no caigan en estas manos”.
“Y, obvio, esto afecta a los intereses de estos grupos que quieren reclutar a aquellos que el día de mañana van a ser la carne de cañón para que sigan ejerciendo este mal”.
El mensaje que busca enviar el crimen organizado, alerta, es: “si soy capaz de matar a un político con seguridad y puedo matar a un cura con esta fuerza moral, entonces puedo matar a quien sea”.
La familia creyente, “el talón de Aquiles del crimen organizado”
Con una perspectiva de esperanza frente a la oscuridad que asola México, el P. Sotelo apunta a la “criptonita” y “el talón de aquiles del crimen organizado”: la familia.
“Es la debilidad del crimen organizado”, subraya, apuntando a la familia conformada por “el papá, la mamá, los abuelitos, los tíos, que unidos generan valores y que están movidos en una espiritualidad” que “los ayuda a trascender”.
“Es ahí donde nosotros, la Iglesia Católica, nosotros, creyentes, tenemos la gran misión de hacer realidad y de fortalecer esta institución que le puede dar la vuelta a una situación que parecería ser todopoderosa e imposible de destruir”.
Para el sacerdote mexicano, “la familia llena de valores, la familia espiritual, la familia creyente en este Dios de la vida, en este Dios de la dignidad, en este Dios que nos fomenta la dignidad” es capaz de destruir al crimen organizado.
“En pocas palabras, la familia es la sembradora de la esperanza que se está perdiendo. Y nosotros tenemos esa arma. Lo que tenemos que darnos cuenta es que la tenemos, la tenemos que valorar y la tenemos que hacer crecer”.
“Usémosla con mucha esperanza, con mucha fortaleza”, concluye.
Dona a ACI Prensa
Si decides ayudarnos, ten la certeza que te lo agradeceremos de corazón.
Donar