Lila Rose, de Live Action, mostró con justicia por qué es una de las voces más articuladas del movimiento provida. Y el momento no podría haber sido más providencial.
Tras el asesinato de su amigo Charlie Kirk el 10 de septiembre en un debate abierto en un campus universitario en Utah (Estados Unidos), Rose participó en un debate parlamentario —“Aborto y derechos humanos”— organizado por la Unión Política de Yale en Yale University.
Su oponente fue Frances Kissling, una veterana promotora del derecho al aborto y expresidenta de Catholics for Choice y de la National Abortion Federation.
El lugar del debate fue trasladado de la sede de la Yale Political Union al Whitney Humanities Center por razones de seguridad reforzada. El evento transcurrió sin incidentes. Curiosamente, los asistentes expresaban su postura golpeando con los pies en señal de apoyo o silbando en desaprobación a lo que decía cada ponente.
En una entrevista con el National Catholic Register —socio informativo de ACI Prensa— después del debate, Rose contó que al inicio había considerado cancelarlo, debido a compromisos familiares y a la gestión de Live Action, pero el asesinato de su amigo la hizo replantearlo y decidió viajar a Connecticut.