Ahora que esa población ocupa el 25% de la dimensión, hay miles de personas por todos lados y los ataques se siguen dando. Lo que nosotros deseamos y pedimos y suplicamos es que verdaderamente se conceda la ayuda humanitaria, que se conceda, que entre de manera masiva la ayuda humanitaria, la gente tiene necesidad absolutamente de todo.
Nosotros, de lo poco que tenemos —previendo que quizás la situación iba a degenerar después del cese del fuego hace 5 meses— es que nosotros insistíamos mucho a las familias de los refugiados cristianos o la gente, los vecinos musulmanes: tengan cuidado, racionen todo, no se sabe qué va a pasar.
Yo no soy profeta ni hijo de profeta, pero como se hablaba solamente de alto el fuego, y dicho y hecho, desgraciadamente después del alto el fuego no entró más ayuda humanitaria en la ciudad de Gaza, salvo alguna que otra excepción.
En la ciudad de Gaza habíamos más de un millón de personas. De eso que quedó no podemos hacer, es imposible hacer… no tenemos suficiente para ayudar a todos, entonces a los refugiados, a las familias de los vecinos, a otras realidades, a esos niños, a medida que uno se va enterando— pero hay por todos lados necesidad, es acuciante la necesidad.
Y si bien es verdad que hay veces que roban algunos camiones que han entrado en el sur o algunos en el norte, pero cuanto más entren, menos va a ser la posibilidad de que roben. Digamos, es un caos total. Hay quien también se aprovecha pero eso no puede ser excusa, no puede ser una causa, una razón para que no entre de manera masiva la ayuda internacional a los 2.300.000 personas.
Además se suma que la desnutrición es desde el principio casi de la guerra, porque los desplazamientos… las personas salen huyendo con lo que tienen puesto, con sus niños en los brazos, sus documentos, y si tenían algo en la casa lo tienen que dejar, o incluso después hay personas que se han desplazado una, diez, quince veces.
Si no hay nueva mercadería, ¿de dónde van a comer? ¿cómo van a subsistir? Y bueno, esperemos que el pedido, la súplica que el Santo Padre le ha hecho también al primer ministro [de Israel] y otros mandatarios, otras autoridades de la Iglesia que se han manifestado a nivel mundial, y también muchos políticos diplomáticos, llegue a buen puerto.
Ciertamente que la situación es complicada, pero esta guerra tiene que terminar.
EWTN Noticias: Entendemos que Israel pidió ayuda médica tras el ataque, ¿podrías decirme algo al respecto?
P. Romanelli: Acá tenemos centros de Cáritas, Cáritas-Jerusalén, la parroquia también, tenemos dos dispensarios. Lo que ha podido entrar con el patriarca ha sido mínimo, unas medicinas mínimas, no ha sido la gran ayuda que sí esperamos que se pueda entrar porque los proyectos de la Iglesia: tenemos 10 clínicas en toda la Franja de Gaza, clínicas móviles, una fija, las otras son móviles, además de los dispensarios, pero la verdad es muy poco la ayuda que se puede brindar a la población no teniendo los insumos necesarios.
El Papa León XIV es “el padre de todos” y “nos ha llenado de consuelo”
EWTN Noticias: ¿Habló usted con el Papa León?
P. Romanelli: Él ha llamado. Justo cuando usted me llamó, yo estaba fuera del predio, había ido al punto donde tenía que ir a buscar a los patriarcas. Pero bueno, llamó otra vez, insistió y habló con el provincial de mi congregación que está presente aquí, vive con nosotros aquí, Padre Carlos Ferrero, que es el provincial para varios países de Medio Oriente, y con el Padre Yusuf, muchos lo conocen, porque es el padre que también hablaba mucho con el Papa Francisco, y con las hermanas. Tenemos dos religiosas, servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, la Madre Emperatriz, que es peruana, y la Hermana Maravillas de Jesús, que es argentina, y ellas también pudieron hablar.
También llamaron distintas autoridades. Pero bueno, ha llamado al Papa con su bendición, con su preocupación, sabiendo que se está dedicando mucho a ayudar a la paz, digamos, al final de esta guerra, nos ha llenado de consuelo.
No nos olvidemos que en esta parroquia nos mal acostumbramos a que todos los días a las ocho de la noche el Papa Francisco llamaba, pero sabemos que el Papa León está al tanto diariamente de nuestra situación.
Cómo recuerdo esas llamadas, a las ocho de la noche, todos los días sonamos las campanas porque era la hora del Papa, el Papa Francisco y del Papa León, porque sabemos que él está todo el tiempo preocupándose y mandándonos mensajes.
Eso también es un gran consuelo para los cristianos y para toda la comunidad, cristianos o musulmanes, sabiendo que, como muchos lo han dicho de nuestros vecinos, no solamente es el Papa de ustedes, el Papa es el padre de todos.
EWTN Noticias: Esta llamada del Papa, ¿cuándo se dio exactamente?
P. Romanelli: El viernes a la mañana nos llamó el Santo Padre. El Papa León nos ha llamado enseguida, primero ha entrado en comunicación con nosotros por medio del Patriarca, de la Nunciatura de Secretaría de Estado y él nos llamó el viernes a la mañana, es decir, enseguida después de los hechos del jueves.
“No tenemos a dónde ir”
EWTN Noticias: ¿Podrán mantener la iglesia abierta en estas condiciones?
P. Romanelli: ¿Dónde van a ir los cristianos? Los cristianos siguen diciendo lo mismo. ¿Dónde vamos? Nos quedamos en lo de Jesús. Ninguno ha planteado irse porque ellos saben desde el inicio de la guerra que no... Ellos nos dicen “padre, no tenemos a dónde ir”.
Y el peligro está en todos lados, no solamente en la zona roja, en zona de bombardeo, sino en todos lados hay muertes.
La paz, un don de Dios para todo el mundo
EWTN Noticias: Padre, ¿puede describir cómo es la vida diaria para los cristianos en Gaza en estos momentos?
P. Romanelli: Bueno, como les decía más o menos antes, tratamos de hacer nuestra rutina al inicio a las seis, a las seis y media nos levantamos. A las siete hacemos la exposición con el Santísimo Sacramento en silencio.
Es un modo de decir “en silencio”: una por los bombardeos que se escuchan de fondo muchas veces y otra por los niños que se acostumbran a hacer meditación a su modo. Le hablan a Jesús, escriben, hacen meditaciones, pero lo que están haciendo es admirable. Nosotros consideramos que es un milagro. Es un don que Dios nos da, que da a la Iglesia porque ellos rezan por la paz, no solamente aquí, sino de todo el mundo.
Y después a las ocho hacemos las oraciones de la mañana en árabe, que es la lengua de los cristianos de esta parte. Y después saludamos a los niños, a los jóvenes. Y antes teníamos clases. Ahora esas clases de inglés, árabe y español las suspendimos.
Entonces cada uno va a actividades, tratamos de incentivarlos: que lean, que estudien, que recen, que ayuden a sus familias. Siempre bajo techo, aunque como les decía antes, ellos tienen que salir de las aulas. Son aulas, no son casas, duermen por el piso.
Pero al menos salen, ayudan a su familia a lavar o a poner un poco de orden. Cada tanto vienen, vienen a pedirnos un consejo, etcétera. Y nosotros también nos ocupamos de los enfermos, de los heridos, por medio de los otros sacerdotes y laicos.
Hay turnos para la cocina, hay cocina tanto cuanto se pueda cocinar. Dos veces por semana se cocina para todos. Es una comida por día, después los otros se arreglan como se puede.
Se ayuda también a los vecinos, se ve la purificación del agua. La cuestión de la energía es un problema porque no hay electricidad para producir esa misma luz que ustedes están viendo. Hacen falta los paneles solares, muchos se han perdido, han sido destruidos en la guerra.
Gracias a Dios que antes de ese bombardeo, justo unos días antes, nos habían dado permiso de poder subir al techo y limpiarlos. Porque estaban muy cubiertos de polvo y de pólvora. Entonces ni siquiera teníamos esa poca energía. Hay grupos después de limpieza, de aseo, de orden, hay algunos que hacen algo de carpintería para tratar de estar ocupados.
Después nos reunimos, hacemos un descanso. Sobre todo los religiosos que estamos aquí de nuestra congregación, somos de América Latina, así que la siesta tratamos de hacerla igual, aunque haya ruidos. Y después seguimos con las otras actividades que en este momento las suspendimos, pero teníamos el oratorio todos los días con reunión de formación cristiana, Biblia, un día adoración, otro día rosario, otro día misa para los niños, jóvenes.
Después los grupos, a veces eso lo seguimos manteniendo después del rosario y de la misa con homilía. Dos veces a la semana si tenemos batería ponemos una película religiosa. Por ejemplo, mañana vamos a empezar a ver la vida de Santa Refka, santa libanesa.
Y bueno, después llega la noche, antes a la noche también jugaban un poco al básquet, al fútbol los jóvenes, y se reunían a las 10:00 de la noche para hacer la reunión completa. Bueno, eso más o menos el esquema con sus vaivenes, porque evidentemente pasa lo que pasó hoy, eso cambia toda la rutina, no es para menos.
Pero así todo hay que “hacer de tripas corazón”, como se dice en mi tierra. Y hay que seguir adelante, amando a Dios, sirviéndolo a Dios, en la Eucaristía, en los hermanos, y haciendo todo el bien que se pueda sin ninguna distinción.
Y es por eso que estamos, además de rezando, dando testimonio de nuestro amor a Cristo, a la Iglesia, a la Virgen, que queremos hacer ayuda concreta, como ya lo hemos hecho en todos los meses, pero que se ha frenado en los últimos cuatro meses.
“No hay guerra eterna”
EWTN Noticias: ¿Padre, vislumbra usted el fin de este conflicto algún día?
P. Romanelli: Algún día sí, no hay una guerra eterna. Y este conflicto, cuanto más se extienda, lo único que va a hacer es va a sumar más muertes, más heridos, más destrucción, va a abrir más llagas ya de las que tiene Tierra Santa. Por lo tanto, hay mucha gente que desea la paz, que trabaja por la paz. De nuestra parte, le pedimos a Dios, a través de la Virgen, que nos conceda la conversión, el perdón de los pecados.
Estos tres días, por ejemplo, aquí estamos haciendo libremente, pero pedimos que hagan cada uno penitencia, de acuerdo a lo que vea. Sabemos que la Virgen de Fátima es lo que pidió. Penitencia, penitencia, penitencia, el ángel también. Y rezar. Bueno, tratamos de rezar. Es una comunidad orante.
Y al mismo tiempo, de vivir sobre todo la caridad, ya que de poco serviría hacer toda esa penitencia y después no vivir en paciencia.
Pero bueno, nos toca estar en este momento, en estas estaciones del Vía Crucis. Pero el Vía Crucis no termina con la tumba, o mejor dicho, termina con la tumba vacía, con la resurrección de Cristo. Todos los Vía Crucis terminan así.
Y el Vía Crucis de Gaza, donde Cristo está sufriendo ciertamente en los inocentes —así como sufre en quien está privado de libertad, en los rehenes, en todos los heridos, en las madres que sufren por sus hijos, en los niñitos— también un día ha de ver la gloria de la resurrección.
“La paz es posible”
EWTN Noticias: Padre, ¿cuál sería su mensaje finalmente para su feligresía y para la comunidad internacional?
P. Romanelli: Bueno, además de lo que acabo de decir, de rezar y hacer rezar y ofrecer sacrificios por la paz, difundir la verdad de lo que sucede con ecuanimidad, que no quiere decir que está todo bien, cada uno según su oficio, pero es necesario no rendirse al hecho de decir, bueno, la guerra es así, no hay nada que hacer, porque fulano, zutano, lo que sea. La guerra tiene solución. La paz es posible.
Dios nunca deja de ayudar al ser humano para hacer lo que tenga que hacer, pero toca al ser humano entonces hacer lo que tiene que hacer, difundir la verdad, trabajar por la verdad, trabajar por la paz.
Y bueno, aquellos que tienen carga diplomática, política, no solamente tienen que hablar de los temas de buena manera, sino que tienen que tomar las decisiones correspondientes de acuerdo al derecho natural, al derecho positivo internacional, derecho humanitario, que es lo que también invocó el Papa León XIV.
Y por último la ayuda en concreto, en el caso nuestro, pueden canalizarla a través del Patriarcado Latino de Jerusalén, tiene una página lpj.org ahí hay un appeal, un llamado del patriarca, del cardenal, ya que la Iglesia Católica es muy seria en tratar de ayudar y de encauzar todas esas ayudas, que es difícil, pero bueno, se logra, se ha de lograr, como decía el patriarca el otro día, así como se ha logrado en el pasado, hace unos meses, con la ayuda de Dios y de mucha buena gente en toda la zona, se va a lograr volver a hacer.
EWTN Noticias: Padre Gabriel Romanelli, párroco de Sagrada Familia, la parroquia católica en Gaza, muchas gracias por haber estado con nosotros el día de hoy.
P. Romanelli: Muchísimas gracias, Dios y la Virgen los bendiga a todos ustedes.
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