“Nos dijo que rezaba por nosotros, nos bendijo y nos agradeció nuestras oraciones en su favor”, así relató el P. Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, la última llamada del Papa Francisco el sábado por la noche, momentos antes de entrar a la Basílica de San Pedro para rezar con motivo de la Vigilia Pascual.

El sacerdote, profundamente conmovido, explicó con detalle al portal de noticias del Vaticano, Vatican News, el último gesto de cercanía del Santo Padre para con ellos, dos días antes de fallecer.

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“El Papa Francisco es un pastor que ama y sigue a esta pequeña comunidad nuestra. Reza y trabaja por la paz”, afirmó el P. Romanelli, quien narró que desde el fallecimiento del Pontífice las comunidades cristianas en Gaza —católicos y ortodoxos— se han unido en oración por el Papa Francisco.

El sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) no dudó en convertir el único templo católico de Gaza en un improvisado refugio a raíz del enfrentamiento entre Israel y Hamas. Actualmente la parroquia acoge a 500 personas. La mayoría son cristianos ortodoxos, protestantes y católicos, pero también sirve de refugio a más de 50 niños musulmanes con discapacidades junto a sus familias.

El P. Romanelli recordó cómo durante los últimos 19 meses el Santo Padre ha mantenido un contacto constante con Gaza. “Se preocupaba por cómo estábamos, si habíamos comido, por los niños…”, explicó.

De hecho, ni siquiera dejó de consolarles durante los 38 días que estuvo internado en el Hospital Policlínico Gemelli por una bronquitis que derivó en neumonía bilateral.

“Esperamos que sus llamamientos no caigan en saco roto: que cesen las bombas, que termine esta guerra, que sean liberados los rehenes y que la ayuda humanitaria llegue a los que sufren”, detalló.