La Arquidiócesis Primada de México aseguró que “la vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente en todo momento”, recordando que “en la lógica del belén no hay vidas sobrantes”.
“El Niño en el pesebre nos llama a no descartar al no nacido, ni al enfermo, ni al anciano; tampoco puede relativizar la vida del pobre, del migrante, del que vive con discapacidad, o del que ha caído en adicciones”, subraya la arquidiócesis, a través del editorial de su semanario Desde la Fe publicado el domingo 21 de diciembre.
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“El Evangelio narra que Jesús nace en la pobreza de un pesebre, porque ‘no había lugar’ para Él”, señaló, y destacó que el Papa Francisco “nos recordaba que el belén es como un Evangelio vivo, capaz de llevar la Buena Noticia a los lugares de la vida ordinaria: hogares, escuelas, trabajo, hospitales, residencias, prisiones y plazas”.
“La humildad del portal no empobrece a Dios; nos libera de nuestros ídolos. Se hizo pequeño por nosotros en un humilde pesebre y se hace pequeño por nosotros en la sencillez de la hostia”, resaltó.
La arquidiócesis precisó luego que “la defensa de la dignidad de cada persona no depende de que piense como yo, vote como yo o viva en la misma zona que yo”.
“Si Dios nace para todos, entonces toda vida merece respeto, toda persona merece un trato humano, y toda diferencia debe ser ocasión de diálogo y búsqueda del bien común, no de odio ni descalificación”.
“Cuando la violencia normaliza la muerte, cuando la polarización rompe la convivencia, cuando la pobreza y la soledad se vuelven algo cotidiano, el pesebre nos devuelve una pregunta incómoda: ¿a quién le estamos negando el lugar?”, cuestionó.
Para la Arquidiócesis de México, “hacerle lugar hoy es cuidar al no nacido, acompañar al enfermo y al anciano, y rechazar toda violencia”.




