Peregrinos y turistas se dieron cita este lunes 15 de diciembre en la Plaza de San Pedro para participar en la tradicional ceremonia de inauguración del belén y el encendido del árbol de Navidad del Vaticano.
La religiosa italiana Raffaella Petrini, presidenta desde el pasado mes de marzo del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, subrayó que el belén y el árbol “son signos visibles de la esperanza y la luz que el Señor sigue regalando a la humanidad”.
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Un abeto de 27 metros
Este año, el árbol que preside la Plaza de San Pedro es un abeto de 27 metros de altura, procedente de la provincia de Bolzano, en la región italiana de Trentino-Alto Adigio. Petrini lo propuso como metáfora del “redespertar de la fe en la vida que vence a la muerte, como expresan sus hojas siempre verdes”.

El belén también lleva sello italiano: procede de la Diócesis de Nocera Inferiore-Sarno, en Salerno, Campania, una de las más antiguas de Italia, cuyos orígenes se remontan al siglo III cuando la antigua ciudad romana de Nuceria Alfaterna, en el valle del Sarno, ya contaba con una comunidad cristiana organizada.
Sagrada Familia de tamaño natural
La composición que rodea a la Sagrada Familia —cuyas figuras han sido realizadas a tamaño natural por el artesano Federico Iaccarino— es de grandes dimensiones: mide 17 metros de largo por 12 de ancho y alcanza una altura de 7,7 metros.
“El pesebre, proyectado y realizado por la maestría de los voluntarios de la Diócesis de Nocera, presenta su paisaje típico”, explicó la presidenta del Governatorato antes de su presentación oficial.
El pesebre incluye asimismo personajes inspirados en santos vinculados a la región, como San Alfonso María de Ligorio, fundador en 1732 de la Congregación del Santísimo Redentor, dedicada a la evangelización de los más abandonados, especialmente en zonas rurales y marginadas.

La ceremonia contó asimismo con bailes regionales con antorchas, trajes tradicionales y cantos tiroleses, propios del folclore de las diócesis implicadas en la iniciativa.
A las puertas del VIII centenario de la muerte de san Francisco
Durante su intervención, Petrini recordó el origen del belén como “una tradición cristiana que propone a los cristianos ir hacia Belén” desde hace siglos. El primer belén viviente fue impulsado por San Francisco de Asís en la localidad italiana de Greccio, una forma de catequesis que fue ampliamente conmemorada en 2023 con motivo de los 800 años de su creación.
La presidenta del Governatorato explicó que el encendido de este año “tiene un significado más profundo”, ya que dentro de apenas tres semanas concluirá el Jubileo de la Esperanza. A partir de 2026, Italia y el Vaticano celebrarán diversos homenajes con motivo del octavo centenario de la muerte de San Francisco de Asís, que falleció tan sólo tres años después de “recrear la escena del nacimiento del Señor”, explicó Petrini, por primera vez.

“Implicando a los habitantes de Greccio, dio el testimonio de que la verdadera paz es un regalo de Dios y no solo de los esfuerzos humanos”, subrayó.
Siguiendo el ejemplo del santo de Asís, Petrini afirmó que “nosotros estamos llamados a encarnar un estilo de vida concreto, con la alegría como vía y no como meta, tal y como nos enseña el Papa León XIV”.
Sostenibilidad y respeto por la creación
En una iniciativa orientada a garantizar la sostenibilidad ambiental y el respeto por la creación, tras las fiestas navideñas el abeto será destinado a la elaboración de aceites esenciales, proceso que correrá a cargo de la empresa austriaca Wilder Naturprodukte, mientras que el resto de la madera será donado a una asociación benéfica.



