El Papa León XIV agradeció a la artista costarricense Paula Sáenz Soto que haya donado al Vaticano un pesebre provida de nombre Gaudium (Gozo), que presenta una figura de la Virgen María en estado de gestación.
“Agradezco a la artista costarricense que, junto con el mensaje de paz de la Navidad, quiso lanzar también un llamamiento para proteger la vida desde la concepción”, señaló el Papa durante la audiencia que ha concedido esta mañana a las delegaciones que han preparado este año el abeto y los nacimientos que vestirán de Navidad el Vaticano.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La obra proveniente del país centroamericano está expuesta desde este lunes en el Aula Pablo VI del Vaticano, la amplia sala donde el Papa celebrará próximamente las Audiencias Generales de los miércoles para proteger a los peregrinos de las frías temperaturas del invierno romano.
En su discurso, el Santo Padre hizo alusión a su composición al nombrar las 28.000 cintas de colores que simbolizan vidas preservadas gracias al acompañamiento de organizaciones católicas a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.

“La escena representa una vida preservada del aborto gracias a la oración y al apoyo proporcionado por organizaciones católicas a muchas madres en situación de dificultad”, constató León XIV.
La decoración de la Plaza de San Pedro —que será inaugurada esta tarde— tiene sello italiano. El árbol que se ha seleccionado procede de la ciudad de Val d’Ultimo, en Ultental, uno de los valles más pintorescos y menos conocidos del Tirol del Sur en la región del Alto Adige (Italia).
En cambio, el nacimiento proviene de la Diócesis de Nocera Inferiore-Sarno, una de las más antiguas de Italia: sus orígenes se remontan al siglo III, cuando Nuceria Alfaterna —la antigua ciudad romana en el valle del Sarno— ya contaba con una comunidad cristiana organizada.
“Les agradezco esta obra artística que incorpora elementos característicos de su territorio” señaló el Papa, que mencionó que este pesebre tradicional incluye una reproducción del baptisterio de Santa Maria Maggiore del siglo VI, uno de los mejor conservados del país.
“Dios se hace cercano a la humanidad”
El Papa subrayó que esta obra será un recordatorio para los peregrinos de todo el mundo de que “Dios se hace cercano a la humanidad, entrando en nuestra historia en la fragilidad de un niño”.
“En la pobreza de la gruta de Belén contemplamos un misterio de humildad y de amor”, afirmó. Además, destacó la figura de la Virgen María “como modelo de silencio adorante”, que custodia en su corazón todo lo vivido, mientras que los pastores glorifican a Dios y comparten lo que han visto y oído. En este sentido, reivindicó la “necesidad de buscar momentos de silencio y oración en nuestra vida”.

En relación con el árbol de Navidad, el Pontífice aseguró que el gran abeto rojo “es signo de vida y recuerda la esperanza que no se apaga incluso en el frío del invierno”.
Las luces que lo adornan, añadió, simbolizan a “Cristo, luz del mundo”, que viene a “disipar las tinieblas y a guiar nuestro camino”. Además del gran abeto, los mismos bosques del Alto Adige han donado al Vaticano otros árboles de menor tamaño, destinados a oficinas, espacios públicos y distintos ambientes de la Ciudad del Vaticano.




