El sábado 15 de noviembre, en la ciudad de Bari, fue beatificado el sacerdote Carmelo De Palma, un presbítero conocido como el “héroe del confesionario” en Italia.

“Ayer, en Bari, fue beatificado Carmelo De Palma, sacerdote diocesano, fallecido en 1961 tras una vida dedicada generosamente al ministerio de la confesión y al acompañamiento espiritual”, dijo el Papa León XIV al recordarlo hoy, durante el rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro.

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“Que su testimonio anime a los sacerdotes a entregarse sin reservas al servicio del santo pueblo de Dios”, agregó.

La Misa de beatificación fue presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, quien en su homilía en la Catedral de Bari resaltó sobre el nuevo beato que “la espiritualidad, cuando es auténtica, se conjuga siempre con la caridad hacia el prójimo", según informa Vatican News.

“Que nuestro beato haya vivido esta fraternidad sacramental lo demuestran tanto los numerosos testimonios de sacerdotes ofrecidos en el proceso para la causa de beatificación y canonización, como la solicitud mostrada posteriormente por el presbiterio diocesano al promover y apoyar esta causa”, resaltó el cardenal.

El purpurado italiano destacó también que muchos fieles "encontraron en él una guía espiritual para progresar en la respuesta personal a aquella ‘vocación que nos une a todos como bautizados, miembros vivos del único pueblo de Dios: es decir, la vocación a la santidad’".

El Beato De Palma, añadió Semeraro, fue "para innumerables fieles ministro de reconciliación y de perdón", pero también "guía límpida y equilibrada" para quienes le pedían ayuda "en el discernimiento de la voluntad de Dios sobre su propia vida".

¿Quién fue el P. Carmelo De Palma?

El P. Carmelo De Palma fue un sacerdote diocesano que dedicó su vida al ministerio de confesor y a la dirección espiritual de fieles, sacerdotes, seminaristas y, de manera especial, de las monjas benedictinas de Santa Escolástica en Bari (Italia).

Nació el 27 de enero de 1876 en Bari. Tras quedar huérfano, ingresó con diez años en el seminario de su ciudad natal. Fue ordenado sacerdote en Nápoles en 1898.

El 17 de junio de 1900 fue nombrado capellán de la Basílica de San Nicolás en Bari, donde sirvió celebrando la Misa, escuchando confesiones y animando diversas iniciativas pastorales.

Más tarde, la basílica pasó a manos de los Padres Dominicos por disposición de la Santa Sede y el nuevo beato fue nombrado director espiritual de las monjas benedictinas de Santa Escolástica en Bari, así como de los Oblatos y Oblatas de San Benito. Durante esa época también atendió espiritualmente a fieles, sacerdotes y seminaristas.

Con los años su salud se deterioró gravemente debido a colitis crónica, arteriosclerosis del miocardio y pérdida progresiva de la vista. En febrero de 1961 celebró públicamente la Misa por última vez y, por su enfermedad, continuó celebrando la Eucaristía en su habitación, donde también seguía confesando.

Falleció en Bari el 24 de agosto de 1961 por insuficiencia cardíaca. El milagro que permitió su beatificación fue la curación inexplicable de una monja benedictina que tenía una grave lesión en la médula espinal que le impedía caminar.