El Servicio de Correos y Filatelia del Vaticano ha puesto en circulación 67.000 ejemplares de un nuevo sello postal con la imagen de San John Henry Newman, teólogo inglés proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa León XIV este 1 de noviembre.
Con un costo de 1,35 euros, esta nueva emisión filatélica utiliza una pintura de Newman realizada por el artista malagueño Raúl Berzosa. Fue presentada el 7 de noviembre, junto a otros sellos dedicados a los viajes internacionales del Papa Francisco en 2024 —los últimos de su pontificado—y al centenario de la canonización de Santa Teresa del Niño Jesús.
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Además, en esta nueva serie de emisiones también se recuerda la figura de Santa Kateri Tekakwitha como “testigo de la esperanza”, los 550 años del nacimiento de Miguel Ángel y los 75 años del inicio de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la República de Indonesia.
John Henry Newman nació en Londres (Reino Unido) el 21 de febrero de 1801, fue primero presbítero de la Iglesia anglicana hasta su conversión al catolicismo en 1845, como consecuencia de su apertura a la verdad.
Como católico profundizó y contribuyó a la enseñanza de la Iglesia, gracias a su amplio conocimiento de la teología y a su aguda mirada evangélica sobre los tiempos modernos.
En Newman, fe y razón “se iluminan mutuamente”
Berzosa, artista español y autor de la obra de Newman utilizada por el Vaticano, aseguró a ACI Prensa que su intención fue plasmar a un hombre “en el que razón y fe no se oponían, sino que se iluminan mutuamente”.
Berzosa pintó al famoso teólogo inglés hace ya algunos años, una imagen destinada a un particular y nunca pensó que sería utilizada por la Oficina Filatélica del Vaticano. Para lograr su obra, utilizó una fotografía en blanco y negro del nuevo Doctor de la Iglesia, por lo que “hay una interpretación importante” en materia de luz y color.
“No buscaba solo el parecido físico, sino captar su alma contemplativa, esa mirada que parece meditar en silencio ante el misterio y que podemos ver en las fotos de la época”, dijo.
“En el tratamiento de la luz y del color busqué la calidez, transmitir especialmente en el rostro, una expresión serena, intenté que el espectador sintiera algo de esa claridad de conciencia que definió toda su vida”, señaló Berzosa.
El artista dijo que la elección de su pintura representa “una sorpresa y una enorme alegría”. Aseguró que siempre trabaja “desde la fe y la belleza” y que sus obras, muchas veces, “encuentran por sí solas el lugar que les corresponde”.
“Es emocionante pensar que una pintura nacida en un contexto íntimo haya llegado a servir para un acontecimiento tan importante”, añadió.
Aunque Berzosa reconoce que “no conocía en profundidad su pensamiento”, al pintar a San John Henry Newman quiso reflejar también “la calma de alguien que ha buscado la verdad con sinceridad”. En un mundo tan convulsionado, continuó, la figura de este santo converso del anglicanismo, “puede transmitir serenidad”.
“Desde el punto de vista artístico, me interesaba sobre todo esa expresión de paz y profundidad de alguien que fue un intelectual, su mirada invita a detenerse y pensar, donde todo lo que nos rodea es inmediatez y consumo rápido. Creo que el arte puede precisamente unificar esos dos conceptos: la verdad y la belleza”, concluyó.



