Más de 60.000 fieles recorrieron este fin de semana los 27 kilómetros que separan la ciudad de Chacabuco, al norte de Santiago, y el Santuario de Santa Teresa de los Andes, ubicado en la comuna de Rinconada, Valparaíso, en la tradicional peregrinación que este año llevó el lema “Con Teresita, peregrinos de la esperanza”.
A lo largo del camino, 10 estaciones preparadas para los peregrinos y a cargo del Seminario Pontificio Mayor, los Josefinos de Murialdo, la Familia Vicentina, el Obispado Castrense, el Movimiento Juvenil Piamartino, la Red Educacional Carlo Acutis, la Vicaría Zona Cordillera, las Madres Escolapias y los Salesianos de Chile, animaron el recorrido con música, oración, hidratación y apoyo.
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Al llegar al santuario, la Eucaristía central estuvo presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli, quien en su homilía animó a los jóvenes a acercarse como son y recibir el abrazo de Jesús.
“Han llegado hasta aquí como buscadores de sentido, con preguntas, cansancios, sueños y esperanzas. Jesús los mira con ojos llenos de misericordia y los invita a acercarse tal como son. Reciban su perdón, su paz, su abrazo”, alentó.
Al referirse al Evangelio, subrayó la importancia de la humildad como puerta al encuentro con Dios.
“No se trata de parecer buenos, sino de ser sinceros; no de aparentar perfección, sino de caminar con un corazón que sabe que necesita a Dios.” destacó, instando a seguir el ejemplo de Teresita de los Andes, quien “en su juventud, descubrió que el camino de la santidad no era hacer cosas grandes, sino amar en lo pequeño, confiar en Dios y vivir con humildad su fragilidad”.
“Ella no era farisea. Fue como el publicano: pequeña, sincera, confiada”, resumió.
En la tarde del sábado, los peregrinos pudieron participar de distintas iniciativas en torno al santuario: la Cruz del Compromiso, donde dejaron sus huellas prometiendo “ser portadores de la esperanza”; la Carpa de Adoración, con exposición permanente del Santísimo; la Pastoral de Escucha y los espacios para el Sacramento de la Reconciliación, vividos con gran recogimiento en este Jubileo de los Jóvenes, en el cual pudieron recibir la indulgencia plenaria.
En la estación final, se entregó la Cruz de los Peregrinos, como un signo del sentir de los fieles al caminar en la esperanza, junto a Jesús y a Teresita.
Mons. Lorenzelli dirigió su mensaje final a los peregrinos, enviándolos a ser testigos de esperanza en sus familias, colegios y comunidades, y recordándoles que la peregrinación no termina al llegar al Santuario, sino que continúa en el corazón.
“Que el cansancio de sus pies se convierta en pasión en su corazón. Sean peregrinos de esperanza entre sus amigos, en sus colegios, en sus familias”, exhortó.
¿Quién fue Santa Teresa de los Andes?
Juana Fernández Solar (1900-1920) hoy conocida como Teresita de Los Andes, nació en Santiago de Chile y desde muy niña se destacó por una intensa dedicación a los más pobres y su gran amor a Jesús.
A los 14 años decidió consagrarse como carmelita descalza, y en mayo de 1919 ingresó al monasterio del Espíritu Santo de las Carmelitas Descalzas de Los Andes. En octubre tomó el hábito y recibió el nombre de Teresa de Jesús.
Llevaba once meses en el convento cuando murió de tifus y difteria, el 12 de abril de 1920, a sus 19 años.
Antes de fallecer, profesó como religiosa carmelita in articulo mortis [a punto de morir].
Juan Pablo II la proclamó Beata en 1987, y presidió su canonización en 1993, convirtiéndose en la primera santa nacida en Chile.




