La Diócesis de Oruro (Bolivia) recibe por estos días a los devotos de la Virgen del Socavón, que participan de la Peregrinación organizada por la Comisión de la Hermandad, que une a la Iglesia en Bolivia con dos diócesis de Alemania.

A 65 años de este lazo de fraternidad entre la Iglesia en Bolivia y las diócesis de Hildesheim y Tréveris, y en el marco del Jubileo de la Esperanza y de los 100 años de creación de la Diócesis de Oruro, esta convocatoria reúne a una multitud de peregrinos en torno a tres días de actividades, del 28 al 30 de julio.

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El programa incluye visitas a lugares emblemáticos y diversas acciones pastorales. Los dos primeros días estarán dedicados a la formación sobre las obras de misericordia corporales y espirituales, enmarcadas en la celebración de la Eucaristía con la intención de alcanzar la indulgencia plenaria.

El propósito de esta peregrinación es fortalecer la convivencia de la fe y la vivencia de las obras de la Iglesia, a través del encuentro y la comunión.

En la Misa inaugural de la peregrinación, el Obispo de Oruro, Mons. Cristóbal Bialasik, destacó la apertura de cinco puertas santas en diversos puntos emblemáticos de Oruro: la Catedral, la cárcel de San Pedro, el Santuario de Socavón, San Gabriel de Mendoza, y la cripta de Santa Ignacia, única santa proclamada en Bolivia. 

Estas puertas, subrayó, ofrecen a los fieles la oportunidad de ganar indulgencias plenarias en esta celebración jubilar.

Mons. Bialasik destacó la calidez en la acogida al numeroso grupo de peregrinos y visitantes, remarcando que aunque Oruro pueda tener un clima frío, son recibidos con el corazón abierto y amoroso para experimentar la presencia de Dios. 

Asimismo, anticipó que “durante estos tres días vamos a peregrinar al santuario para obtener indulgencias plenarias, y para que podamos realmente renovar nuestra fe, nuestra devoción y nuestra entrega al Señor”.

El obispo destacó también el significado de la hermandad, que es “la amistad que tiene que marcar nuestra vida”.

Al referirse al vínculo fraterno entre las diócesis alemanas y la Iglesia Católica en Bolivia, señaló que “nos hemos reunido para renovar estos compromisos, estas metas, y desear que lleguemos todos juntos a este encuentro con el Señor, porque sin el Señor ¿quiénes somos?”.

A la luz del Evangelio, animó a “ser como la levadura” que haga crecer la comunidad de fe y a “compartir esta alegría” espiritual con los demás.

“Hoy no es fácil, yo entiendo que el mundo está en problemas, nuestra patria está en problemas” reconoció, y ante los desafíos actuales del país y del mundo, resaltó la importancia de “vivir los valores que el Señor nos enseña” e infundir esperanza en el pueblo.

“Les deseo todo lo mejor para que estos días sean días de bendición, de alegría, de paz, de felicidad y que realmente renovemos nuestra fe en el Señor, haciendo o dando el testimonio delante de nosotros, viviendo profundamente nuestra fe, peregrinando y rezando por nuestro pueblo que tanto nos necesita, que tanto pide, justamente, los signos de esperanza”, expresó.

Finalmente, Mons. Bialasik invitó a los fieles a fortalecer su espiritualidad, visitando los lugares santos de la diócesis: la cripta de Santa Ignacia, el altar de Santa Bárbara —que alberga la imagen más grande del mundo de la Virgen María — y el Santuario de Socavón.

Su homilía concluyó con un llamado a los fieles a renovar su fe, a ser testigos auténticos del Evangelio y a caminar juntos en la construcción de un futuro mejor para el país.