La reina Matilde de Bélgica acudió este lunes a la audiencia con el Papa León XIV vestida con un traje y mantilla blancos, un privilegio reservado a determinadas monarquías europeas.

El rey Felipe de Bélgica, quien ostenta el título de Rex Catholicissimus o (Su Majestad el más Católico) fue recibido por el Papa León XIV junto a la reina Matilde este lunes en el Vaticano.

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No es habitual ver a una mujer vestida de blanco en una audiencia oficial en el Vaticano. Según el protocolo, las mujeres deben presentarse con vestimenta negra rigurosa, sin escote, de manga larga y con el bajo de la falda o vestido por debajo de la rodilla. 

Tradicionalmente también se exigía llevar velo o mantilla negra, aunque esta costumbre ha ido perdiéndose con el tiempo.

Sólo unas pocas mujeres en el mundo gozan del llamado Privilège du blanc (privilegio del blanco), una antigua distinción pontificia concedida exclusivamente a las casas reales que se han mantenido fieles a la Iglesia Católica.

Esta costumbre se consolidó a principios del siglo XX y simboliza la pureza y fidelidad a la fe católica. Aunque las reinas pueden vestir de blanco durante las audiencias o ceremonias con el Santo Padre, no está permitido hacerlo en los funerales.

Actualmente, solamente gozan de este privilegio la reina Letizia de España; las reinas Paola y Matilde de Bélgica; la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, la princesa Charléne de Mónaco y las damas de la Casa de Saboya.