La “Santa Muerte”, un culto considerado satánico originado en México y frecuentado por criminales, ha sido mezclada con la imagen de la Virgen de Guadalupe, una de las advocaciones marianas de mayor devoción en América y en el mundo.

Se trata, dijo recientemente a ACI Prensa el P. Stefano Cecchin, OFM, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional (PAMI), de “una blasfemia horrible”: “a la Virgen de Guadalupe le ponen la cara de la muerte y la están difundiendo”.

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“El narcotráfico tiene todo [este culto] en sus manos”, denunció.

El P. Cecchin destacó que en la PAMI tienen “una sección que se llama ‘Liberar a María de las mafias’”, en la que trabajan de la mano de las autoridades civiles.

“Esto es fundamental”, dijo, pues “las mafias abusan de la imagen de María”, usándola “para sus intereses personales. Y es aquí donde debemos decir: ‘cuidado’”.

Diversos informes de medios mexicanos dan cuenta del hallazgo de altares satánicos, que incluyen estatuas de la “Santa Muerte”, en casas de personas intervenidas por la policía, acusadas de vínculos con el crimen organizado.

“Una verdadera idolatría”

El P. Eduardo Chávez, Teólogo Magistral Guadalupano de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México y director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos (ISEG), considera la mezcla del culto de la Santa Muerte con la imagen de Santa María como algo “terrible, es una verdadera idolatría”.

“En esta idolatría de la Santa Muerte, lo único que encuentras es muerte, destrucción, corrupción, asesinato y destrucción de la misma persona”, señaló a ACI Prensa.

Este culto, advirtió, “va en contra de la misma Iglesia Católica, va en contra de la Virgen Santísima, va en contra de la Virgen de Guadalupe, va en contra de la verdad, de la felicidad y plenitud en el verdadero Dios y Señor”.

El P. Chávez, considerado el mayor experto en las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, destacó que “el Acontecimiento Guadalupano es el modelo de evangelización perfectamente inculturado”. 

“Es decir, la Virgen de Guadalupe pone a Jesús en el corazón de todo ser humano. La Virgen de Guadalupe es quien toma lo que nosotros llamamos semillas del Verbo —es decir, aquello que ya plantó Dios en cada corazón, ya que todos los seres humanos somos imagen y semejanza de Dios— (...) y las lleva a la plenitud del verdaderísimo Dios por quien se vive”.

“La Virgen de Guadalupe no es una adaptación externa, no es un sincretismo. La Virgen de Guadalupe es una inculturación de aquel que es el Evangelio, es decir, Jesús”, remarcó.

El también postulador de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el vidente de la Virgen de Guadalupe, lamentó que “desgraciadamente, cuando no se encuentran con el verdadero Dios y Señor, comienza a suscitar ídolos, cosas que no son ciertas, cosas que no son verdad, y comienzan a revolver, a mezclar cosas totalmente diferentes, cosas incluso contradictorias, como la famosa Santa Muerte”, a quien “le ponen un manto como el de la Virgen de Guadalupe y embarran en un sincretismo terrible lo que es cosas verdaderas, pero con cosas totalmente idolátricas”.

“Una llamada de atención a la Iglesia”

Para el coordinador del Comité Teológico del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis Primada de México, P. Alberto Medel, “el crecimiento del culto a la Santa Muerte y la mezcla con el culto mariano es una llamada de atención a la Iglesia que le indica que tiene una gran deuda, que algo no se está haciendo bien”.

En declaraciones a ACI Prensa, el P. Medel advirtió que se trata del “síntoma de una enfermedad, de una Iglesia que no ha sabido ser madre que acoge a sus hijos sufrientes, que no ha sabido aliviar sus dolores, que se cierran las puertas a los que padecen graves sufrimientos y tienen que tocar otras puertas porque la puerta de la Iglesia la han encontrado cerrada”.

“Es perentoria la catequización que los pastores de la Iglesia deben proporcionar a los fieles, especialmente a los más sencillos y que tanto sufren”, subrayó.

El sacerdote mexicano resaltó que la Iglesia Católica debe “fomentar las verdaderas devociones que, como resultado de la piedad cristiana que está orientada por la fe, respondan a las necesidades de los fieles cristianos que no entienden de teologías, pero buscan sinceramente a Dios”.

“El fomento de la verdadera devoción pasa también por la publicación de libritos y devocionales que sirvan a los fieles cristianos”, dijo, al tiempo que lamentó que “es muy triste constatar que se ha dejado de lado la saludable práctica de publicar devocionarios que son autorizados por la Iglesia y que esta falta ha dado lugar a la proliferación de literatura religiosa sin una doctrina recta y, a veces, fomentando ideas y prácticas supersticiosas”.

“Características de culto satánico”

El P. Medel advirtió que el culto a la Santa Muerte, popularizado en el centro de la capital mexicana durante la segunda mitad del siglo XX, “tiene características de culto satánico, pues los atributos malvados que se le dan a su supuesto poder, y también los favores que se le piden, van en contra de la vida, de la dignidad de las personas y de la práctica del bien”.

“Se trata, entonces, de una práctica idolátrica que aleja de la verdadera religión y envilece a quien la practica al atribuir fuerzas divinas a seres que no sólo no existen, sino que además se anteponen a Dios”, precisó.

“Muchos fieles en su desesperación por las graves dificultades que enfrentan, aunada a su pobre práctica de la fe, buscan soluciones en salidas fáciles y rápidas que los entrampan en la prisión de la superstición y que los hunde más en sus mismas dificultades”, señaló.

“El gran peligro” de mezclar a la Virgen de Guadalupe con el culto de la Santa Muerte

El sacerdote mexicano indicó que quienes mezclan el culto de la Santa Muerte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe lo hacen “para ‘sacralizar’ su culto”, de tal forma que sientan que no hacen “nada malo, porque ‘junto con el culto a la Santa Muerte, también rinden culto a la Virgencita que es Madre de todos’”.

“Con esta forma de pensar y de actuar rebajan el culto que la verdadera fe nos hace darle a la Madre de Dios en su advocación de Guadalupe y los desvía a un culto también idolátrico, atribuyéndole a la Santísima Virgen María poderes que no tiene y, anteponiéndola a Dios”.

A continuación, advirtió sobre “el gran peligro que se enfrenta” con esta mezcla: “confunden a los fieles, desvían del culto que agrada a Dios, rebaja el honor debido a la Madre de Dios y eleva a un nivel que no puede ni debe tener, el culto a la Santa Muerte”.

“La mejor defensa contra las asechanzas del demonio”

El P. Medel destacó que “la práctica exorcística de la Iglesia y los grandes maestros de la vida espiritual nos confirman que todas las cosas que la Iglesia nos ha enseñado y ha fomentado a lo largo de los siglos es la mejor defensa contra las asechanzas del enemigo, además de que hace crecer en nosotros los sinceros sentimientos de fe que nos mueven a rendir a Dios el único y verdadero culto que le agrada y que nos santifica”.

“Me refiero a la vida sacramental, es decir, a la comunión eucarística dominical y la confesión frecuente, la visita y adoración al Santísimo Sacramento, la lectura y meditación diaria de textos breves de la Sagrada Escritura, como pueden ser los que se proclaman cada día en la Santa Misa y el uso de libros de oración y devocionarios aprobados por la Iglesia, los cuales hay que adquirirlos en librerías católicas y que a veces se ofrecen en las parroquias”.

“Fuimos creados para vivir en plenitud por el amor y esto sólo se logra de la mano de quien nos creó, por eso hagamos como dice el salmo ‘haz la prueba y verás qué bueno es el Señor’, sólo así creceremos en la convicción de que todo lo podemos en Cristo y no seremos presa de prácticas supersticiosas e idolátricas”, concluyó.