El Arzobispo de Arequipa, Mons. Javier Del Río Alba, ordenó a cinco nuevos sacerdotes en el sur del Perú, a quienes alentó a ser presbíteros santos que entreguen su vida por los demás y los defiendan del diablo, del dragón.
Así lo indicó el prelado en la Misa que presidió el 29 de septiembre, fiesta de los Santos Arcángeles, en la Catedral de Arequipa.
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En su homilía, el prelado se refirió a la lucha de los ángeles contra el demonio, el dragón del libro del Apocalipsis que quiere la condenación de los hombres, a la que se refirió como “un combate que se sigue dando y se seguirá dando hasta el final de los tiempos” contra “la humanidad y especialmente contra la Iglesia”, porque el demonio no soporta que hombres y mujeres tengan la posibilidad de llegar al cielo.
El final de esa lucha, continuó el arzobispo, es la victoria obtenida ya por “la sangre del Cordero, Jesucristo”, a la que se suman los nuevos sacerdotes Junior René Alanoca, Martín Adán Bernales, Emmanuel García, Gino Elías Michelli y Luis Anthony Tellez.
“Esto es una gran belleza: ustedes hoy día serán constituidos ministros partícipes del Ministerio Sacerdotal de Cristo, constituidos presbíteros servidores”, dijo.
Ciertamente, añadió el prelado, “confiamos en que, poco a poco, vayan descubriendo la belleza indescriptible de lo que es el servicio sacerdotal, de lo que es ser pastores pastoreados por el Pastor Supremo y al mismo tiempo pastores que dan su vida” por los demás.
El arzobispo destacó asimismo que es Dios mismo quien confía a los sacerdotes “la belleza de ese amor que resuena tanto en nosotros que hace que brote de lo profundo de nuestro ser el deseo de servir, el deseo de ocupar el último lugar, el deseo de desgastar nuestra vida gramo a gramo, toda nuestra energía, nuestros años, todo nuestro ser y nuestro quehacer en el servicio a Dios, sirviendo a los hermanos”.
Cuando la vida sacerdotal, precisó, no se vive santamente y no tiene intimidad con el Señor en la oración, esta se convierte en algo meramente funcional, que lleva al aburrimiento, algo para lo que no está hecho el sacerdote.
Ese aburrimiento, alertó el arzobispo, puede hacer caer a los sacerdotes en “las fauces de ese dragón que todavía está en este mundo haciendo la guerra a los hijos de la mujer”.
Luego de alentar a los cinco nuevos sacerdotes a ser presbíteros santos, el arzobispo de Arequipa les recordó que “la Iglesia Santa de Dios necesita pastores como Jesús Buen Pastor, que los defienda del dragón y los defienda del imperio de la muerte”.




