La Catedral de Westminster acogió el 16 de septiembre a la realeza británica para la Misa réquiem de la duquesa Katharine de Kent, quien en 1994 se convirtió en el primer miembro de la familia real en pasar al catolicismo en más de 300 años.

Se trató del “primer funeral real en la Catedral de Westminster desde su construcción en 1903, y el primer funeral real católico en la historia moderna”, indicó el sitio web de la familia real. 

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

Además del rey Carlos III y del duque Eduardo de Kent —primo hermano de Isabel II—, asistieron los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton; la princesa Ana de Inglaterra; el príncipe Andrés, entre otros.

Se trató de una ceremonia privada, llevada a cabo a puerta cerrada y presidida por el Arzobispo de Westminster, Cardenal Vincent Nichols; quien fue asistido en la prédica por Mons. James Curry, obispo auxiliar.

El rey Carlos III de Gran Bretaña junto al príncipe William de Gales y la princesa Catherine de Gales, con otros miembros de la monarquía británica, salen de la Catedral de Westminster luego de asistir al funeral católico de la duquesa Katharine de Kent el 16 de septiembre de 2025. Crédito: JORDAN PETTITT/POOL/AFP vía Getty Images
El rey Carlos III de Gran Bretaña junto al príncipe William de Gales y la princesa Catherine de Gales, con otros miembros de la monarquía británica, salen de la Catedral de Westminster luego de asistir al funeral católico de la duquesa Katharine de Kent el 16 de septiembre de 2025. Crédito: JORDAN PETTITT/POOL/AFP vía Getty Images

Durante el funeral fue leído el telegrama que el Papa León XIV envió al rey Carlos III, en el que el Pontífice confió la “noble alma” de Katharine a la misericordia de Dios y destacó “el legado de bondad cristiana de la duquesa, visible en sus muchos años de dedicación a sus deberes oficiales, patrocinio de organizaciones benéficas y cuidado devoto de las personas vulnerables de la sociedad”.

Esto también fue destacado por Mons. Curry, quien en su homilía mencionó que “Katharine fue fortalecida por los ritos de la Iglesia” y “murió rodeada de oración, amor y cuidados por su familia”.

La duquesa nació en 1933 en el condado de Yorkshire y falleció el pasado 4 de septiembre en Londres.

En ese sentido, al referirse a su ingreso en la lglesia Católica, el obispo preguntó: “¿Fue mera coincidencia que un vecino cercano de la familia en Yorkshire fuera un joven monje benedictino que llegaría a ser abad de Ampleforth y posteriormente arzobispo de Westminster, Basil Hume?”.

El prelado indicó que el Cardenal Hume “desempeñaría un papel importante en la vida de la duquesa cuando, en 1994, fue recibida en plena comunión con la Iglesia católica”.

“Cuando Lady Katharine, como la llamaba el cardenal, dio este paso, estuvo eternamente agradecida por el generoso consentimiento de Su Majestad la Reina (Isabel II), a quien la duquesa continuó sirviendo con amor, admiración y lealtad”, afirmó.

“Guiada por el Cardenal Hume y otros —añadió—, Katharine continuó un viaje espiritual personal que había comenzado en la Iglesia de Inglaterra. Como sucede con toda alma humana, ese viaje espiritual implicó la búsqueda de la plenitud, la sanación, la paz interior y, en última instancia, de Dios”.

La conversión de la duquesa de Kent fue histórica, ya que hasta entonces ningún miembro de la realeza británica había sido recibido en la Iglesia Católica desde finales del siglo XVII, por lo menos públicamente. En 1685 el rey Carlos II se convirtió al catolicismo en su lecho de muerte, aunque tuvo un funeral anglicano.

La duquesa de Kent sostiene un koala durante una visita a Brisbane, Australia, en 1988. Crédito: Archivos Estatales de Queensland, CC BY 3.0 AU, vía Wikimedia Commons.
La duquesa de Kent sostiene un koala durante una visita a Brisbane, Australia, en 1988. Crédito: Archivos Estatales de Queensland, CC BY 3.0 AU, vía Wikimedia Commons.

La duquesa describió su conversión como una "decisión personal largamente meditada" y que se sintió atraída por el consuelo y la claridad de la fe católica. "Me encantan las directrices, y la Iglesia Católica te las ofrece", declaró en una ocasión a la BBC. "Siempre he deseado eso en mi vida. Me gusta saber qué se espera de mí". En 2001, su hijo Nicholas Windsor también ingresó a la Iglesia Católica.

Sobre la asistencia del rey, el sitio web de la familia real afirma que “el monarca ha asistido previamente a misas de réquiem en Gran Bretaña. La reina Victoria asistió a la misa del funeral católico del príncipe imperial Luis Napoleón en la iglesia de Santa María de Chislehurst en 1879. El rey Jorge V asistió a la misa de réquiem de la emperatriz Eugenia en la abadía de San Miguel de Farnborough en julio de 1920”. 

Asimismo, destaca que la duquesa fue “una devota seguidora de la fe católica romana” y que “su deseo era que su funeral se celebrara en la Catedral de Westminster”.