Mientras los legisladores estadounidenses se preparan para regresar la próxima semana de su receso de agosto, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) quiere que se enfoquen en la reforma migratoria y en fortalecer los programas federales de red de seguridad social, entre otros temas, enmarcando su labor de defensa en la protección de la dignidad humana y el apoyo a los más vulnerables.

“Como organización no partidista, la USCCB está comprometida con los miembros del Congreso, su personal, la Casa Blanca y la administración para promover el bien común para todos y defender la sacralidad de la vida humana y la dignidad dada por Dios a la persona humana”, dijo a CNA —agencia en inglés de EWTN News— Chieko Noguchi, directora ejecutiva de asuntos públicos de la USCCB.

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“Esto significa que el cuidado de los inmigrantes, refugiados y pobres forma parte de la misma enseñanza de la Iglesia que nos exige proteger a los más vulnerables entre nosotros, especialmente a los niños no nacidos, los ancianos y los enfermos”, señaló Noguchi.

Al abordar las prioridades políticas públicas actuales de la conferencia episcopal estadounidense, Noguchi hizo referencia a una carta enviada a los miembros del Congreso a principios de este año por el presidente de la USCCB, el arzobispo Timothy Broglio, que además de la reforma migratoria, solicitaba legislación que apoyara a las comunidades vulnerables, especialmente a los niños y familias de bajos ingresos.

Sin embargo, tras la aprobación este verano del paquete de gastos “One Big Beautiful Bill Act”, Broglio criticó esa medida por incluir “recortes inconcebibles a la atención médica y asistencia alimentaria, recortes de impuestos que aumentan la desigualdad, disposiciones migratorias que perjudican a las familias y niños, y recortes a programas que protegen la creación de Dios”.

Un tema que ha surgido recientemente para los obispos es la seguridad digital. En una carta conjunta en julio con otras organizaciones religiosas y familiares, la USCCB expresó su apoyo a la Ley de Seguridad en Línea para Niños (Kids Online Safety Act). La medida impondría una mayor responsabilidad a las empresas tecnológicas para diseñar plataformas que protejan a los menores de contenido dañino y características adictivas. Los obispos describieron la legislación como coherente con su compromiso de salvaguardar a los niños y promover entornos donde las familias puedan prosperar.

Crédito: Gorodenkoff/Shutterstock.
Crédito: Gorodenkoff/Shutterstock.

Este otoño, la inmigración sigue siendo central en los esfuerzos de la USCCB. Los obispos continúan presionando al Congreso para que otorgue protecciones permanentes a los llamados “Dreamers”, refiriéndose a personas que fueron llevadas a Estados Unidos cuando eran niños.

“La incertidumbre continua asociada con el programa DACA (Acción diferida para los llegados en la infancia) es insostenible e injusta, privando a personas trabajadoras de la posibilidad de ser reconocidas plenamente como miembros de nuestra sociedad”, sostiene la conferencia episcopal.

Los obispos también se oponen a cambios en los programas de red de seguridad social que limitarían la elegibilidad para familias con estatus mixto (aquellas con miembros legales e indocumentados). Citan, por ejemplo, el Crédito Tributario por Hijos, que actualmente sólo requiere que el niño beneficiario tenga un número de Seguro Social.

“Esto es coherente con los objetivos de dichos programas, que existen para empoderar a las familias y evitar que caigan en la pobreza”, afirma la USCCB.

Ley de Protección para Trabajadores Religiosos

Los obispos también están instando a la aprobación de la Ley de Protección para Trabajadores Religiosos, que al 22 de agosto contaba con 10 legisladores demócratas y tres republicanos como copatrocinadores del proyecto en la Cámara de Representantes, y autorizaría la continuación del estatus legal no inmigrante para ciertos trabajadores religiosos afectados por el retraso actual en las visas de inmigrantes religiosos.

Un proyecto similar en el Senado cuenta ahora con cinco republicanos y un demócrata como copatrocinadores. Numerosas instituciones católicas, como parroquias y escuelas, dependen del clero internacional. En una entrevista con EWTN el 7 de agosto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dijo que la administración Trump está comprometida a resolver el retraso en las visas para trabajadores religiosos.

A pesar de que a principios de este año la USCCB terminó su asociación de décadas con el gobierno federal para reasentar refugiados debido a recortes presupuestarios y acuerdos suspendidos que hicieron insostenible el programa, los obispos continúan pidiendo políticas generosas de reasentamiento y una aplicación humana en la frontera.

La vivienda también es un interés político creciente. En una carta del 8 de agosto, los obispos instaron al Congreso a fortalecer la financiación para viviendas asequibles y el desarrollo comunitario en el proceso de asignaciones presupuestarias para el año fiscal 2026.

Mientras tanto, la perspectiva de la USCCB en torno a la política de salud sigue vinculada a la postura provida de la Iglesia. Los obispos han apoyado firmemente los esfuerzos del Congreso para asegurar que programas federales como Medicaid no financien abortos. En julio, un juez federal bloqueó una disposición del “One Big Beautiful Bill Act” que buscaba desfinanciar a Planned Parenthood por un año y ordenó al gobierno federal reanudar los reembolsos de Medicaid a esa organización mientras continúa el litigio sobre la ley.

La USCCB también apoya la expansión del acceso a servicios de salud materna, atención pediátrica y cuidados paliativos. En términos generales, en política fiscal, la USCCB ha pedido un presupuesto federal que priorice a los pobres y refleje los principios católicos de solidaridad centrados en el bien común.

Los obispos también continúan presionando por un apoyo robusto a la ayuda humanitaria internacional. A medida que las crisis globales se intensifican, han solicitado al Congreso que proporcione fondos para asistencia humanitaria y desarrollo en el presupuesto del año fiscal 2026. La financiación para el año fiscal actual termina el 30 de septiembre. La USCCB enmarca estas prioridades legislativas como partes conectadas de una sola misión.

“Las decisiones que tomen en su importante trabajo en nombre de nuestra nación tendrán un impacto duradero en el bienestar y el bien común de muchas personas”, escribió Broglio. El Congreso regresa de su receso de verano el 2 de septiembre.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.