La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) ha tomado la “difícil decisión” de no renovar los acuerdos de cooperación con el gobierno federal, en medio de cambios impulsados por la administración del presidente Donald Trump para recortar la financiación a los programas de refugiados.
“Si bien esto marca un final doloroso para una asociación vital con nuestro gobierno, que se ha extendido por décadas a lo largo de las administraciones de ambos partidos políticos, también ofrece a cada católico la oportunidad de buscar en nuestros corazones nuevas formas de ayudar”, dijo el presidente de la USCCB, el Arzobispo Timothy P. Broglio, en una declaración del 7 de abril.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El arzobispo escribió que el recorte de fondos “nos obliga a reconsiderar la mejor manera de atender las necesidades de nuestros hermanos y hermanas que buscan un refugio seguro frente a la violencia y la persecución”.
Durante aproximadamente cuatro décadas y media, la USCCB se asoció con el gobierno federal para brindar servicios que ayuden a reasentar a los refugiados y apoyar a los menores que ingresaron al país sin un padre o tutor, o que están separados de sus familias.
“Todos los beneficiarios de estos programas fueron acogidos por el gobierno estadounidense para venir a Estados Unidos”, afirmó Broglio. “Son almas desplazadas que ven en Estados Unidos un lugar de sueños y esperanza”, añadió.
Durante la administración Biden, el gobierno federal proporcionó más de 100 millones de dólares anuales a los obispos, quienes redirigieron esos fondos a organizaciones católicas afiliadas que prestaban estos servicios. En los últimos años, la financiación federal cubrió más del 95% de los gastos.
La administración Trump, que alega que estos programas sobrecargan los servicios sociales tanto federales como locales y facilitan una migración insostenible a Estados Unidos, ha detenido la entrada de nuevos refugiados y ha puesto fin al apoyo federal dirigido a los programas que financian a las filiales de la USCCB y a otras organizaciones no gubernamentales que prestan servicios a migrantes y refugiados.
En febrero, la USCCB demandó a la administración Trump por la congelación de fondos y despidió a 50 empleados debido al déficit de financiación. Numerosas organizaciones católicas también han anunciado despidos debido a los recortes del gobierno en programas nacionales e internacionales.
Broglio dijo que la USCCB “simplemente no puede sostener el trabajo por nuestra cuenta en los niveles actuales o en la forma actual”. Además, añadió que los obispos “trabajarán para identificar medios alternativos de apoyo para las personas que el gobierno federal ya ha admitido en estos programas”.
“Nuestros esfuerzos fueron actos de cuidado pastoral y caridad, generosamente apoyados por el pueblo de Dios cuando los fondos recibidos del gobierno no cubrían el costo total”, agregó.
“El llamado del Evangelio a hacer lo que podamos por los más pequeños entre nosotros sigue siendo nuestra guía. Les pedimos que se unan a nosotros en la oración por la gracia de Dios para encontrar nuevas formas de llevar esperanza donde más se necesita”, expresó el arzobispo.
Mons. Broglio afirmó que la USCCB, desde su fundación, “se ha preocupado por ayudar a las familias que huyen de la guerra, la violencia y la opresión”. En 1920, agregó, estableció una Oficina de Inmigración para ayudar a las familias desplazadas a encontrar nuevas oportunidades en Estados Unidos.
“Muchos de nosotros podemos rastrear a nuestros propios padres, abuelos o bisabuelos hasta estas mismas familias”, señaló Broglio.
El presidente de la USCCB indicó que la organización “seguirá abogando por reformas políticas que proporcionen procesos de inmigración ordenados y seguros, garantizando la seguridad de todos en nuestras comunidades” y permanecerá firme en su “compromiso de abogar en favor de los hombres, mujeres y niños que sufren la lacra del tráfico de seres humanos”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.