Los obispos de los Estados Unidos y Venezuela coinciden en rechazar la eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para inmigrantes venezolanos, tomada en días recientes por la administración del presidente Donald Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) confirmó, el 1 de febrero, que eliminará la prórroga que la administración de Joe Biden anunció en enero de este año, y que permitía a los inmigrantes venezolanos acceder al TPS hasta octubre de 2026.
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El TPS es un beneficio temporal de inmigración que se concede a los nacionales de un país que reúna los requisitos necesarios. Bajo su amparo, los inmigrantes pueden permanecer legalmente en territorio estadounidense y acceder a permisos de trabajo. La medida fue anunciada originalmente para Venezuela en 2021 y luego extendida en 2022, 2023 y 2025.
A raíz de la decisión del DHS, este beneficio migratorio expirará el 2 de abril de 2025. El gobierno estadounidense estima que alrededor de 350.000 inmigrantes venezolanos eran elegibles para el TPS bajo la última renovación del gobierno de Biden en 2023.
El DHS, encabezado por Kristi Noem, asegura que aunque ciertas condiciones que llevaron a la renovación del TPS para Venezuela en 2023 “pueden continuar”, su consideración es que en el país sudamericano “hay mejoras notables en varias áreas como la economía, la salud pública y la delincuencia que permiten que estos ciudadanos sean devueltos de forma segura a su país de origen”.
Noem considera, después de profundizar en el tema con otras instancias del gobierno, que la eliminación del TPS para inmigrantes venezolanos es necesaria “porque es contrario al interés nacional” permitir que ciudadanos venezolanos se establezcan temporalmente en Estados Unidos.
El TPS, remarca la administración Trump, ha permitido que una gran cantidad de inmigrantes provoque “dificultades en la comunidades locales”, en especial aquellos pertenecientes a la banda criminal de origen venezolano conocida como Tren de Aragua, acusada en el país norteamericano de “tráfico sexual, contrabando de drogas, tiroteos con la policía, secuestros y explotación de inmigrantes”.
Para la secretaria del DHS, permitir que los ciudadanos venezolanos permanezcan en Estados Unidos bajo la protección del TPS “no defiende los intereses fundamentales” del país, ni tampoco “pone los intereses estadounidenses en primer lugar”.
“Los intereses de la política exterior de Estados Unidos, especialmente en el hemisferio occidental, están mejor servidos y protegidos si se reducen las políticas que facilitan o fomentan la migración ilegal y desestabilizadora”, considera el DHS.
Obispos de Estados Unidos y Venezuela rechazan esta medida
Los obispos católicos de Estados Unidos y Venezuela no comparten este razonamiento. En una declaración para ACI Prensa, Chieko Noguchi, portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), calificó la medida del gobierno de Trump como “contraproducente”.
Noguchi dijo que la eliminación del TPS para Venezuela no reduce la presión sobre las comunidades estadounidenses, e instó a la administración Trump “a considerar el impacto adverso que esta medida tendrá en los ciudadanos y no ciudadanos por igual”. Además, pidió al Congreso trabajar “en una reforma significativa del sistema de inmigración”, que contribuya a “unas fronteras bien reguladas y una inmigración humana y ordenada”.
“Poner fin a esta protección legal temporal que permite a las personas trabajar, pagar impuestos y contribuir a nuestra sociedad sólo conducirá a más trastornos y parecería que se corre el riesgo de desviar la atención de los esfuerzos de aplicación de la ley de las amenazas legítimas a la seguridad pública”, dijo Noguchi.
Por su parte, los obispos venezolanos no dudaron en expresar su incomodidad con esta decisión del gobierno estadounidense. Mons. José Antonio Da Conceição, secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), expresó a ACI Prensa que rescindir el TPS “pone en la ilegalidad a una gran contingente de personas que deseaban estar ajustados a las leyes de los Estados Unidos”.
“Lo más justo era evaluar caso por caso y tomar las medidas legales”, añadió el también Obispo de Puerto Cabello. También recordó que la Iglesia pide abordar el fenómeno de la migración “con solidaridad y respeto a los derechos de los migrantes”.
Aunque la doctrina de la Iglesia, continuó, garantiza que los Estados soberanos salvaguarden su territorio, “esto no justifica el trato inhumano y persecutorio contra los inmigrantes”.
“El Papa Francisco ha dicho que los migrantes son acompañados por Dios, quien los guía y les da esperanza. Todo trato inhumano contra ellos es un pecado que clama al cielo”, dijo Mons. Da Conceição.
El obispo recordó que el Episcopado venezolano celebrará su CXXIII Asamblea Ordinaria Plenaria, la próxima semana, de la que surgirá una exhortación pastoral que abordará el tema de la migración venezolana y otros temas urgentes para el interés nacional.