El juicio oral de los sacerdotes jesuitas Marcos Recolons y Ramón Alaix, acusados de presunto encubrimiento en el caso de los abusos cometidos por el fallecido sacerdote español Alfonso “Pica” Pedrajas, fue suspendido hasta el 26 de marzo.

A Recolons, de 81 años, y Alaix, de 83, se les dictó prisión domiciliaria de manera preventiva. Ambos, también de origen español, se desempeñaron como provinciales de la Compañía de Jesús en Bolivia durante los años en los que el Padre Pica abusaba de jóvenes en el Colegio Juan XXIII de Cochabamba.

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Los jesuitas fueron denunciados ante la justicia boliviana por 18 exalumnos del Juan XXIII, entre los que destaca Wilder Flores, quien aseguró a ACI Prensa en 2023 que “escuchar los testimonios [de las víctimas] realmente es desgarrador”.

Flores y los demás denunciantes no exigen remuneración económica, pero aseguran que esa debería ser una responsabilidad civil que deben asumir los Jesuitas y la Iglesia Católica. Además, afirmó que sólo desean que el proceso judicial sirva para que se esclarezca la verdad.

El inicio del juicio contra Recolons y Alaix estaba pautado para este 23 de enero en Cochabamba. Ariel Rojas, abogado de las víctimas, dijo a Bolivia TV “que uno de los acusados no se ha presentado, no ha justificado su incomparecencia y es en razón a ello que el juez, siempre en observancia a lo que está establecido en nuestro procedimiento, ha suspendido”.

Pedro Lima, otro de los denunciantes y antiguo miembro de la Compañía de Jesús, expresó que confía en el avance de la justicia “para tantas personas que han sufrido durante años estos delitos de abuso”. 

Lima aclaró que Recolons se presentó al juicio “de manera virtual”, justificándose en su edad, mientras que la defensa de Alaix alegó que no se presentó ante la fiscalía porque “está enfermo”.

“Hasta el 26 de marzo la audiencia se ha suspendido. Esperemos que esta sea la última suspensión y no se dilate este proceso, porque más de 200 víctimas que tuvo el Padre Pica, 18 que dieron la cara, 21 pruebas físicas y tantas pericias psicológicas, periciales y testificales no pueden quedar en nada”, dijo el denunciante.

Si bien Pedrajas no pudo ser juzgado por los abusos porque falleció en 2009, su caso ha sido el punto de inicio para una serie de investigaciones que involucran a otros religiosos jesuitas en Bolivia, tanto por casos de abuso como por encubrimiento.