Presidente del Episcopado denuncia posible “amedrentamiento” contra los obispos de Bolivia

Mons. Aurelio Pesoa Mons. Aurelio Pesoa | Crédito: Conferencia Episcopal Boliviana

El presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y Obispo del Vicariato Apostólico del Beni, Mons. Aurelio Pesoa, denunció posible el “amedrentamiento” por parte de las autoridades y advirtió que los pastores de la Iglesia no serán “arrinconados a la sacristía”.

En su homilía dominical desde la Catedral de la Santísima Trinidad, el prelado hizo referencia a los recientes hechos que involucran al Obispo Emérito de San Ignacio de Velasco, Mons. Carlos Stetter, cuyo domicilio fue allanado el viernes por las autoridades en un presunto caso de blanqueo de dinero o “legitimación de ganancias ilícitas”.

La operación, dirigida por el fiscal Gustavo Ríos, se enmarca en la investigación del origen del patrimonio del obispo, señaló el propio Ríos al periódico El Deber. Las autoridades confiscaron una camioneta Hilux y una serie de documentos que serán objeto de análisis.

Mons. Stetter recibió el respaldo de la Conferencia Episcopal mediante un comunicado en el que afirma que “su proceder en todo lo que respecta a los actos administrativos en la diócesis han sido llevados siempre en total trasparencia y honestidad”.

En la misma línea se pronunció este domingo Mons. Pesoa, al considerar que existe “una justicia sometida a intereses mezquinos de algunos”.

El prelado manifestó la solidaridad del Vicariato del Beni con Mons. Stetter por el allanamiento a su domicilio, “que raya el abuso de poder con el argumento de sospechas de legitimación de ganancias”, aseguró.

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Además, anheló que la investigación “se lleve a cabo en el marco de las leyes, bajo criterios éticos y con transparencia”.

“Ojalá no sea amedrentamiento a los pastores de la Iglesia boliviana”, puntualizó. “Como pastores de la Iglesia no podemos ver las cosas que pasan y callarlas”, subrayó Mons. Pesoa. Afirmó que el pastor es el que cuida, guía, defiende, anuncia y denuncia, sostuvo.

“Como pastores de la Iglesia en Bolivia no podemos y no seremos arrinconados a la sacristía”, insistió, y aseguró que nadie puede ser buen pastor si no tiene los mismos sentimientos de Cristo: “Necesitamos de buenos pastores con los mismos sentimientos de Cristo, el verdadero Pastor”, concluyó.

No es la primera vez que la Iglesia en Bolivia denuncia persecución e intentos de amedrentamiento por parte de las autoridades.

Los obispos se pronunciaron también en febrero de 2023, cuando la Procuraduría General del Estado de Bolivia solicitó que se tome declaración a 10 obispos en el marco del caso "Golpe I", que investiga las implicaciones de la Iglesia en el supuesto golpe de Estado de 2019.

En aquel momento, Mons. Percy Galván, Arzobispo de La Paz, se refirió a la persecución a la Iglesia, con “hermanos que están privados de libertad en distintas cárceles del país, por motivos políticos, claro, con otros pretextos y si eso se va a extender a la Iglesia, no sería extraño, lo hemos visto en Nicaragua”, advirtió. “Ya somos curas viejos, nos han venido amenazando”, sostuvo.

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Otro de los temas que mantuvo al Episcopado boliviano en oposición a las autoridades del Estado tiene que ver con el cierre del Instituto Normal Superior Católico Sedes Sapientiae, efectuado en 2010, producto de la promulgación de la Ley de Educación, que perseguía el propósito de nacionalizar la formación.

En febrero de este año, el presidente del área de Educación de la CEB, Mons. Fernando Bascopé, anunció que presentarán acciones legales para que la CIDH examine la situación y las presuntas violaciones a los derechos fundamentales en las que habría incurrido el Estado al cerrar el instituto.

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