Desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco alentó a los fieles católicos reunidos para el rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro a “reflexionar sobre esto: Jesús no vino a condenar, sino a salvar”.
El Santo Padre señaló que el Evangelio de este cuarto Domingo de Cuaresma (Jn 3, 14-21) “nos presenta la figura de Nicodemo, un fariseo, ‘uno de los líderes de los judíos’”, que “vio los signos que Jesús hacía, reconoció en Él a un maestro enviado por Dios y salió a su encuentro de noche, para no ser visto”.
“El Señor lo acoge, dialoga con él y le revela que no ha venido a condenar sino a salvar al mundo”, destacó el Papa.