Durante 100 años este grupo de penitentes católicos ha rezado en Cuaresma por los que han muerto

Alimentadoras de Almas. Alimentadoras de Almas en Juazeiro. | Crédito: Jesulene Ribeiro.

Cada lunes, miércoles y viernes de Cuaresma, un grupo de hombres y mujeres vestidos de blanco sale a las calles de Juazeiro, en el estado brasileño de Bahía, rezando por las almas de los que ya murieron. Se llaman “Alimentadoras de Almas”, y son un grupo de penitentes que mantienen viva una práctica que ya tiene más de cien años.

"La tradición comenzó en 1901, con los capuchinos que llegaron aquí a Juazeiro. Después de que se fueron, se lo pasaron a una señora, que lo transmitió de generación en generación, hasta que llegó a mi madre", dijo Jesulene Ribeiro, conocida como la señora Nenezinha, de 84 años, responsable de la única cadena de Alimentadoras de Almas que aún hay en la ciudad.

"En su lecho de muerte, mi madre me pidió que no dejara morir esta tradición y que la cuidara. Se lo prometí y lo cumplo", agregó.

Según la señora Nenezinha, del grupo inicial fundado en 1901 surgieron otros cinco. "Pero las damas se estaban muriendo y nadie quería tomar la iniciativa. Solo quedaba la mía".

Alimentadoras de Almas. Crédito Jesulene Ribeiro.
Alimentadoras de Almas. Crédito Jesulene Ribeiro.

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Aunque el nombre es "Alimentadoras", no se trata sólo de mujeres. El grupo de penitentes está formado por "señoras, señores, jóvenes", que salen a la calle con "el objetivo de rezar por las almas perdidas y por todas las almas", dijo la señora Nenezinha.

Vestidos de blanco, algunos con el rostro cubierto, siguen caminando por las calles. A la cabeza del grupo hay una cruz, "porque fue en la cruz donde Nuestro Señor murió por nosotros", dice el encargado del grupo. Entre las plegarias y las bendiciones, que son cantos cantados por los penitentes, también está el sonido de la matraca, "que señala las paradas de las estaciones".

Las estaciones son "paradas en algunos puntos de la ciudad”, hasta que llegan al “cementerio, donde rezamos", explicó la señora Nenezinha. En total, son siete estaciones, "porque son siete dolores de Nuestra Señora", dijo.

Los siete dolores de Nuestra Señora son: la profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús; la huida a Egipto con Jesús y José; Jesús perdido en el Templo; el encuentro de Jesús con la cruz en su camino hacia el Calvario; la crucifixión y agonía de Jesús; la lanza atraviesa el corazón de Jesús y María recibe en sus brazos a Jesús ya muerto; la sepultura de Jesús y la soledad de María.

"Rezamos el Padre Nuestro, el Ave María, lamentaciones, bendiciones, lágrimas... Es mucho", agregó.

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La actividad de las alimentadoras comienza con el inicio de la Cuaresma.

"El Miércoles de Ceniza fuimos a la iglesia a recibir las cenizas y empezamos", dijo la señora Nenezinha. Destacó además que, aunque el grupo está formado por laicos, "los sacerdotes son muy solidarios".

"Antes el grupo salía con 42 personas, ahora tengo unas 25. Pero no hay edad y los jóvenes son los que más se interesan", dijo.

Doña Nenezinha dijo que cumplirá la promesa hecha a su madre de continuar con esta tradición mientras pueda. "Tengo la esperanza de que cuando ya no pueda, los jóvenes tomen el relevo", expresó.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Digital.

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