El 16 de octubre de 1931, San Josemaría Escrivá de Balaguer tuvo una experiencia espiritual que le sirvió para ahondar en la realidad de ser hijo de Dios, según se recoge en el libro El fundador del Opus Dei (I), de Andrés Vázquez de Prada.
De aquella jornada, el diario del sacerdote refleja que se encontraba en Atocha, al sur de la ciudad de Madrid, y compró un periódico. Deseaba orar, pero no lo había conseguido tras la celebración de la Misa y decidió tomar el transporte público. Entonces, “sentí afluir la oración de afectos, copiosa y ardiente. Así estuve en el tranvía y hasta mi casa”, escribió.
Vázquez de Prada recuerda que, preguntado más adelante por ese día, San Josemaría aseguró que había experimentado “la oración más subida” de su vida mientras viajaba en el tranvía.