Cardenal asegura que el Sínodo de la Sinodalidad no es “doctrinal”

El Cardenal Gérald Cyprien Lacroix en la rueda de prensa. El Cardenal Gérald Cyprien Lacroix en la rueda de prensa. | Crédito: Daniel Ibáñez/ ACI Prensa

El Cardenal Gérald Cyprien Lacroix, Arzobispo de Quebec (Canadá), afirma que el objetivo del Sínodo de la Sinodalidad no es “tratar cuestiones doctrinales”, sino ver “cuál es la forma de discernir” para aprender a “caminar juntos”.

En una rueda informativa desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede tras las reuniones matinales del Sínodo, el purpurado señaló que la finalidad de esta Asamblea es aprender “a discernir y a caminar juntos” de manera que “el modo de vivir de la Iglesia pueda radicarse en nuestra forma de ser”.

“El objetivo de este Sínodo no lo tiene la doctrina. Queremos ver cuáles son nuestras aptitudes y aprender a discernir” para saber “cómo podemos encarar todas estas cuestiones al volver a casa. Es un Sínodo sobre el caminar juntos. No se trata de remarcar temas específicos”, recalcó.

Señaló, además, que “este momento que estamos viviendo es un momento de continuidad del Concilio Vaticano II, que remarcó una y otra vez la importancia de la Iglesia como pueblo de Dios”. 

El cardenal canadiense se refirió al Papa San Juan XXIII como “un profeta” y subrayó que “la época que estamos viviendo con este Sínodo nos hace ir adelante en este sentido”.

Más tarde, puntualizó que el Sínodo de la Sinodalidad permite a sus miembros “estar más juntos para discernir lo que el Espíritu dice hoy”. 

Más en Vaticano

“Utilizamos una metodología de escucha, de la experiencia del Señor en cada bautizado”, relató el purpurado, que participa por cuarta vez en un Sínodo. 

Destacó asimismo “la importancia de la escucha en lo que estamos viviendo, así como de la oración, que nos coloca en una actitud de auténtica escucha”.

El Cardenal Lacroix puntualizó también que su pensamiento “está cambiando” al oír las diferentes experiencias y testimonios de los que participan en esta asamblea e insistió en que “nadie está completo solo”, ya que “nos necesitamos el uno al otro” conformando “el cuerpo de Cristo”.

“Lo que estamos viviendo exige mucho respeto y atención, y vale la pena. Nos permite crecer en la comunión y ser creyentes y más creíbles en nuestras misiones. Si aprendemos a discernir, estaremos más preparados al volver a casa”, aseguró.

En esta línea, subrayó que el Sínodo de la Sinodalidad los “sumerge en el mundo real, donde hay sufrimientos que rompen tantas vidas”, y remarcó que “el mundo espera esta esperanza”.

Temas tratados

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Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, detalló algunos de los temas tratados durante las sesiones de la tarde del martes 10 de octubre. 

Los miembros del Sínodo hablaron sobre la necesidad de la Iglesia de estar a favor de los pobres, de su dimensión como una Iglesia humilde, de los migrantes y de las víctimas del cambio climático, de los ancianos. 

Asimismo, reflexionaron sobre la “participación de las mujeres” y la necesidad de establecer relaciones con las Iglesias de Oriente. También trataron tópicos como “la belleza de la diversidad de culturas” y la identidad sexual “afrontada con responsabilidad y comprensión, siendo fiel al Evangelio”.

Según precisó Ruffini, también se habló acerca de la “homofobia” como resultado del alejamiento “de la realidad” y de la “defensa de la familia. Asimismo, hablaron sobre las víctimas de los abusos y sobre la “actualización del lenguaje de la Iglesia”.

Respecto a las “tensiones” que pueden suscitar algunos de los tópicos tratados, Ruffini afirmó que se trata de un “intercambio de lo que uno siente y percibe” y no de una “experiencia polarizada”.

Citó asimismo la identidad sexual y a la “comunidad” LGBTQ y aseguró que se ha reiterado la necesidad de comprender y “encontrar a las personas para desarrollar una pastoral y vivir las vidas de los demás y comprenderse mutuamente”.

“Por otro lado, se remarcó la importancia de permanecer en la enseñanza de la Iglesia. Es normal que existan tensiones. En cualquier tipo de familia existen tensiones; en una de 365 es normal, pero estas no son percibidas como polarización”, aclaró. 

A este respecto, el Cardenal Lacroix destacó que “cada uno puede expresarse de forma libre” en este Sínodo de la Sinodalidad, lo que definió como “un gran cambio”.

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