Mons. José Cobo. | Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.
En apenas unas horas el Arzobispo de Madrid, Mons. José Cobo, será creado cardenal por el Papa Francisco en el consistorio que tendrá lugar mañana, sábado 30 de septiembre, en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Recién aterrizado en Roma, el futuro cardenal conversa con ACI Prensa sobre este nuevo título que recibe pocos meses después de haberse situado al frente de la Arquidiócesis de la capital española.
Durante la Santa Misa donde recibirá la púrpura, Don José confiesa que se encomendará a un intercesor especial: “Hay un santo que siempre me ha acompañado en los momentos buenos y malos, y es mi San José, que sé que siempre me ha acompañado desde pequeño”.
“En estos momentos importantes”, destacó el Arzobispo de Madrid, “uno se ve muy acompañado” por los santos a los que uno guarda especial devoción. Para él, “el primero” entre estos es San José: “Siempre me ha acompañado en todos los momentos de la vida”, comenta.
El Arzobispo, de 58 años, se convertirá en uno de los cardenales electores con autoridad para votar al Sucesor de San Pedro en un futuro cónclave.
El Prelado español parece estar tranquilo ante esta nueva responsabilidad y asegura que es el Espíritu Santo quien elige al Pontífice. “Por supuesto. Eso nos va en la fe. Igual que creo que el Espíritu Santo es el que guía a la Iglesia y es el que va quedándose en nuestros corazones”.
“Cada vez que rezamos el Padre nuestro, lo que estamos haciendo es abrir como una ventanita en el corazón para que entre el Espíritu Santo y nos acostumbramos a que respire en nosotros”.
Aclara asimismo que “el Espíritu Santo no es mágico. Cuenta con las personas y ejerce, como lo hizo en el seno de María con Jesús, pues va contando con las personas”.
Reitera que “la Iglesia está guiada por el Espíritu Santo”, quien a su vez “va transformando los corazones de las personas para que lo hagan posible”.
En repetidas ocasiones, el Papa Francisco ha advertido que el Espíritu Santo debe ser el centro del Sínodo de la Sinodalidad que se celebrará en el mes de octubre en Roma.
A este respecto, el Arzobispo de Madrid insiste en que “el Espíritu Santo cuenta con nosotros, también con nuestros ‘barros’”.
Se explica: “No es como una realidad paralela a nosotros, sino que cuenta con nuestros ‘barros’, con nuestras dificultades y con nuestra forma de ser. Y yo creo que eso es lo precioso de Dios, que cuenta con nosotros y también se hace a nosotros y se amolda a nosotros”.
Para Mons. Cobo, el Sínodo “es un proceso que está guiado por el Espíritu Santo, pero no teledirigido, sino contando con nosotros”.
“Creo que es la imagen de un padre que se fía de sus hijos, entrega la confianza a sus hijos y sus hijos van creciendo, y el padre se siente muy contento porque los hijos han asumido lo que el padre les ha hecho”.
Aclara que el Espíritu “no les teledirige”, pero sí “les acompaña y les guía”. Según el Arzobispo, “ese es el Espíritu y eso es lo que va a hacer en el Sínodo, lo que ha hecho en la Iglesia durante toda la vida. Siempre va acompañando. Y cuando la Iglesia quiere escucharlo, se deja escuchar”.
El futuro cardenal asegura que para evangelizar el mundo moderno lo primero es “escuchar la Palabra de Dios”.
Puntualiza que, además, se debe evangelizar de forma conjunta, “no cada uno con su idea, sino hacerlo juntos y en la diversidad que tenemos en el mundo de hoy”.
“El mundo de hoy es diverso, hasta antropológicamente, que esa es una situación y un escenario a los que no estábamos acostumbrados”, explica más tarde.
Mons. José Cobo afirma que “nuestra llamada es a transmitir la esperanza de Dios, la que vivimos comunitariamente en medio de nuestro mundo, que es un poco el ejercicio que el Sínodo quiere hacernos y quiere resituarnos ahí”.
“Aprender a caminar juntos para escuchar lo que Dios quiere en este momento. Ese es el mensaje. Y yo creo que nuestro mundo ahora mismo sí necesita mucha esperanza, necesita buenas noticias, para dar sentido y dar alma a las cosas que hacemos, creo que a veces hemos perdido un poco el alma de las cosas”.
Preguntado sobre la responsabilidad de la Iglesia para acabar con los abusos, el futuro purpurado afirmó que “la Iglesia ha hecho en estos años un fuerte esfuerzo”, también en España.
Más tarde, Mons. Cobo se pronunció acerca de la reciente detención de un sacerdote de la Diócesis de Málaga (España) acusado de agredir sexualmente a varias mujeres a las que habría sedado antes de violentarlas y que guardaba imágenes de estas acciones.
“Que surjan casos como estos, primero, lo que denota es que pueden salir a la luz, que no hay ocultamiento. Eso es lo primero que tenemos que aprender. Y que no podemos tolerar el encubrimiento nunca, ni el ocultamiento”.
“¿Por qué? —se pregunta Don José—. Porque una sola víctima merece todo nuestro respeto”. Además, destaca que “tenemos que prestar toda la atención” a la escucha de las víctimas.
Afirma que acompañar a las víctimas es “una mirada evangélica” y defiende que se les debe acompañar en el sufrimiento. Además, es preciso “generar espacios, procesos, protocolos, como se están creando, para que en cuanto haya un caso, que podamos tanto acompañar a la víctima como también denunciarlo y tomar las medidas que se necesitan”.
Respecto a la situación política que atraviesa España, el Arzobispo de Madrid advierte que “los católicos están en todos los partidos”.
“Cuando yo era párroco tenía que decir Misa los domingos y lo decía delante de una multitud que votaban a todos los partidos”, señala a continuación.
En su opinión, “la Iglesia tiene que hablar a todos los partidos y tiene que llamar, que es lo que está haciendo, al consenso, a vivir la política de forma ética o, dicho de otra forma, al ‘estilo Francisco’, a ejercitar el amor político”.
Pidió que “allí, donde haya un cristiano comprometido en la política, lo viva desde el amor político y provoque el consenso”, y aseguró que en España “lo sabemos hacer, porque lo hemos hecho”.
“Creo que estamos llamados ahora más que nunca a practicar políticas de consenso y políticas que miren al mundo, no sólo a nosotros o a nuestros pequeños espacios, que miren a España, pero también que miren a Europa, que tenemos una guerra en medio y muchos problemas en Europa”, lo que define como “emergencias para la sociedad”.
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