En un país, “desangrado por la violencia, confundido por las ideologías y amenazado en sus instituciones”, la Iglesia Católica eleva una plegaria “a Dios y a nuestra Madre Santísima de Guadalupe”: “¡Que viva México!”.
Así lo expresan los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en su más reciente comunicado, con ocasión de las fiestas patrias mexicanas, que recuerdan el inicio del proceso de independencia el 16 de septiembre de 1810.
Recordando que la noche del 15 de septiembre en las plazas principales de las ciudades de todo el país se escuchará la proclama “¡Que viva México!”, en conmemoración del “Grito de Dolores”, con el que el sacerdote católico Miguel Hidalgo marcó el punto de partida al proceso independentista, los obispos aseguraron que este lema será coreado por mexicanos “en cada rincón de México y sin duda los católicos nos uniremos para exclamar desde el corazón ¡Que viva México!”.
Sin embargo, precisaron, “para nosotros, esta exclamación no es un grito de fiesta, sino una profunda plegaria a Dios y a nuestra Madre Santísima de Guadalupe”.
En su mensaje, los obispos hicieron un llamado a que en el país se respete la vida de los niños “desde la concepción; que se les ofrezcan condiciones dignas de desarrollo; que no ensombrezca su inocencia con ideologías que confunden su corazón”.
Para los jóvenes, pidieron “que se les ofrezcan oportunidades para desarrollar sus sueños con equidad y justicia; que se les rescate de las garras de la droga y la violencia; qué México brille por el ingenio, la valentía y el coraje de sus jóvenes”.