En su nuevo libro Polémica guadalupana, el P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, apunta a “entablar” un diálogo con los escépticos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, “esas personas que tienen reservas sobre la historicidad de la misma”.
Así lo explica en reciente diálogo con ACI Prensa. “La interdisciplinariedad entre fe, religión, ciencia, historia y antropología es muy importante para poner en orden las distintas piezas del acontecimiento guadalupano”, añade.
“A lo largo del siglo XX hubo una estrecha relación entre ciencia y devoción a la Virgen de Guadalupe, sobre todo por el estudio de los ojos de la Virgen a través de las investigaciones del científico peruano José Aste Tönsman”, destacó el P. Arroyo, que se refirió también al “análisis que hicieron los científicos norteamericanos en análisis de la imagen de Guadalupe, tomando fotografías con rayos infrarrojos”.
“En ambos casos se utilizaron instrumentos científicos para analizar la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, y en ambos casos se encontró que no había una explicación científica, sea a las imágenes que se perciben en los ojos de la Virgen y a los efectos que se observan en los ojos de la Virgen. Por ejemplo, el efecto Purkinje-Samson, que es propio de una persona viva que se observa en los ojos de la Virgen”.
“Es decir, el sagrado manto de la Virgen está abierto a las investigaciones científicas para intentar determinar su naturaleza, su origen y sus características, y ver si se cumplen los requisitos de una realidad sobrenatural”, destacó.